Capitán Renaud: En el nombre del cielo, ¿qué te ha traído a
Casablanca?
Rick: Mi salud. Vine a Casablanca por las aguas.
Capitán Renaud: ¿Las aguas? ¿Qué aguas? ¡Estamos en el
desierto!.
Rick: Estaba mal informado.
Hace año y medio que nació
PODEMOS. Un torrente de ilusión empujó a muchas personas a trabajar en su seno
para construir una formación política distinta a las demás, de acuerdo con
principios RADICALES de transparencia, participación y horizontalidad.
Sin embargo, el proceso de
configuración de sus órganos internos, así como las elecciones primarias para
puestos de representación política (salvo para las elecciones europeas de mayo
de 2014), se han caracterizado por estar conducidos y precocinados desde la
cúpula dirigente. No se ha confiado en la inteligencia colectiva de la gente.
Los planteamientos críticos ante
dichos procesos, que en ocasiones han sido un verdadero clamor, no han sido
tenidos en consideración. Y lo que es peor, han sido criminalizados y ridiculizados
por dicha cúpula.
A la hora de intentar cambiar el
mundo que me rodea no me sirve cualquier vía. Incluso coincidiendo en los
objetivos finales, las formas con las que quiero transitar hacia ellos son tanto
o más importantes que los objetivos mismos. Los principios que hay detrás de
nuestra acción cotidiana permiten tejer y alimentar una sociedad civil viva
capaz de emanciparse por sí misma, o por el contrario, pueden convertirse en un
elemento más de legitimación del actual sistema político y económico.
No estoy de acuerdo con la manera
en que PODEMOS se ha organizado tanto internamente como en su proyección hacia
la sociedad. Creo que así no puede aspirar a convertirse ni en herramienta de
empoderamiento de la ciudadanía, ni en semilla de profundo cambio social desde
abajo. No quiero el poder a cualquier precio. Quiero que el poder lo construya
la gente, con democracia directa, sin líderes que impongan o señalen caminos a
las masas, donde la única tarea que se encomiende a la gente sea seguirlos
obedientemente.
Soy pueblo, no soy ganado. En el
pueblo confluyo, me mezclo y, junto a los/as demás transito por caminos de
libertad. El ganado sólo precisa un pastor.
No creo en este PODEMOS con alma
de cántaro. Como no me ilusiona, no me sirve. Me tomo un respiro.
Deseo la MEJOR de las suertes a
los/as compañeros/as que en consejos ciudadanos y círculos están dando lo mejor
de sí mismos para ser fieles a los principios originarios de PODEMOS. Ellos/as
son el corazón de PODEMOS, y para mí el corazón es más importante que el
cerebro. Mi amiga Elia me lo recordaba el otro día: “no paramos de pensar en
hacer, cuando lo importante es ser”.
Confío en que el sol y la lluvia
de los próximos meses, igual que al olmo viejo de Machado, hagan caer en la
cuenta de que nunca es tarde para una nueva primavera.
5 comentarios:
La verdad está ahí fuera (Expediente X)
Como buen politólogo, Pablo Iglesias ha estudiado bien la estrategia de Lenin en su día. Lo primero es obtener el poder, ofreciéndole a la gente lo que demanda en su momento. Una vez en el poder, ya se verá lo que hay que hacer. Y lo hace con un grupo reducido de fieles y cercanos "revolucionarios profesionales"; al resto de la gente la quiere como medios imprescindibles para conseguir los objetivos previstos.
De esta manera, Podemos aporta poco o nada nuevo al panorama político que no sea la ilusión de la gente que lo integra o siente simpatía por el proyecto que, por ello, en mi opinión es un fraude. Otro fraude de nuestra política.
El problema es que la ilusión termina donde empieza la desilusión. La estrategia es convertirse en el voto útil de la izquierda para que al final sigamos votando Podemos, aunque sea de nuevo con la nariz tapada.
El problema es que la ilusión termina donde empieza la desilusión. La estrategia es convertirse en el voto útil de la izquierda para que al final sigamos votando Podemos, aunque sea de nuevo con la nariz tapada.
El problema es que la ilusión termina donde empieza la desilusión. La estrategia es convertirse en el voto útil de la izquierda para que al final sigamos votando Podemos, aunque sea de nuevo con la nariz tapada.
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