En septiembre de 2010 Oliver Stone estrenaba la
película “Wall Street: el dinero nunca duerme”. Justo dos años después de la
quiebra del banco de inversión (mejor decir “especulación”) Lehman Brothers, el
subtítulo no podía ser más revelador. El gran capital y toda la oligarquía
financiera, multinacional y política en que se organiza, no paran ni de día ni
de noche para evitar que la crisis les lleve a perder los privilegios de que
disfrutan a costa del sufrimiento de la gran mayoría de la población.
Haciendo nuestro aquel lema de las acampadas
del 15M “Yo no soy antisistema, el sistema es anti-yo”, toca movilizarnos en
todos los ámbitos ciudadanos (políticos, asociativos, electorales) para evitar
que el deterioro y la precariedad que todo lo inundan vayan a más y se
consoliden como un estado “normal” de nuestra sociedad.
Sin perjuicio de que existen multitud de
iniciativas comunitarias basadas en la autogestión, que ya están en marcha para
construir ámbitos de convivencia más justos y amables a pequeña y mediana
escala (y que merecen todo nuestro apoyo y reconocimiento), no podemos olvidar
que hay un marco institucional donde se toman decisiones absolutamente
relevantes para la vida de la gente. Son nuestros ayuntamientos, comunidades
autónomas y gobierno central, que en la actualidad están mayoritariamente en
manos de gobiernos del PP, desarrollando políticas de neoliberalismo extremo contra
las personas, con el apoyo explícito de la Troika (Comisión Europea, Banco
Central Europeo y Fondo Monetario Internacional).
Afortunadamente, la ciudadanía ya ha
comenzado a organizarse de cara a ese horizonte electoral que, salvo adelantos,
supondrá que entre mayo y noviembre de 2015 se desarrollen elecciones
municipales, autonómicas y generales. La fórmula Ganemos (Guanyem en Cataluña)
está corriendo como la pólvora por las principales ciudades y municipios de
España, impulsando procesos de construcción colectiva abiertos a toda la gente,
absoluta y profundamente democráticos. En las cinco capitales de provincia de
Castilla-La Mancha, así como en otros municipios más o menos grandes, ya se han
constituido las correspondientes Asambleas Ganemos, y están trabajando en la
definición de sus respectivos manifiestos políticos y organizativos de cara a
las elecciones municipales.
En dichas Asambleas las personas participan a
título individual, lo que no es incompatible con que algunas de ellas sean además
militantes más o menos activos del tejido social y político. Y es que, en esta
fórmula de confluencia político-electoral, habrá que establecer las condiciones
de adhesión y participación de determinados partidos políticos, colectivos
sociales y sindicatos, sensibles y comprometidos con la justicia social, PARA
QUE NO FALTE NINGUNO. De lo individual a lo colectivo, pero sin abandonar nunca
la base, participando todos/as en todo, al estilo de los concejos abiertos de nuestra
mejor tradición municipalista asamblearia.
No podemos delegar (votar) y despreocuparnos
de los asuntos públicos en la creencia de que nuestros representantes se
encargarán de ellos. Eso forma parte de un pasado que nos ha llevado a un
presente de democracia secuestrada y corrupta. El futuro se llama democracia
participativa DIRECTA en todos los ámbitos ciudadanos, y o luchamos por ella, o
nadie nos la servirá en bandeja. Lo que está por venir no tiene nada que ver
con acuerdos a escondidas, ni con cuotas de poder, ni con dictados desde “arriba”.
Es algo nuevo, que ha de llenar de ilusión y de democracia de alta intensidad todos
los ámbitos de la vida comunitaria, y ahí, el papel de partidos y colectivos
sociales es de generosidad: acompañar y facilitar, sin acaparar ni dirigir.
Entre todos/as, convoquemos YA la Asamblea Constitutiva
de GANEMOS CASTILLA-LA MANCHA. En el actual marco institucional, las
competencias que mayor trascendencia tienen sobre la vida de las personas
(sanidad, educación, servicios sociales, empleo, agricultura, ganadería,
industria, cultura, etc.) residen en la Junta de Comunidades de Castilla-La
Mancha. Por ello, alcanzar una mayoría de ciudadanos/as y de fuerzas político-sociales
movilizados/as por una Castilla-La Mancha más justa es tarea tan urgente como
la que toca afrontar en los Ayuntamientos de nuestros pueblos y ciudades. Para
que las administraciones local y autonómica se relacionen en un plano de
igualdad y de colaboración, no de sumisión y dependencia, como ha ocurrido en
los últimos 31 años, donde la Junta ha mandado y pagado (tarde, siempre), y los
Ayuntamientos han obedecido y prestado servicios impropios como buenamente han
podido. Al más puro estilo caciquil-clientelista, de servidumbre, que no de
mujeres y hombres libres.
Infames reformas electorales de última hora
pretenden dificultar la emancipación de la ciudadanía, y justo van a conseguir
el objetivo contrario: unir a personas y colectivos por la dignidad, contra la
estafa, la barbarie y la mentira. Utilizando el símil campesino propio de
nuestra tierra, una vez cosechada la mies, la uva, la almendra,…el otoño es
tiempo de preparar la tierra que va a acoger nuevas semillas, de podar las
plantas en las que van a brotar nuevos sarmientos y ramas. Luego, el agua y el
sol harán brotar el milagro de la vida, primavera tras primavera. Traducido a
la confluencia político-ciudadana municipal y autonómica, un pequeño detalle a
matizar: NO CABE ESPERAR MILAGROS. Cuando nos juntemos tenemos que ir
vacunados/as contra flagelaciones públicas, malos rollos, afanes de
protagonismo y tontunas varias. En nuestro horizonte de utopía realizable un
solo objetivo: “Las personas primero...SIEMPRE”.