lunes, 3 de septiembre de 2018

EL AGUA Y EL GOBIERNO DE CASTILLA-LA MANCHA: ¡Y TAMBIÉN DOS HUEVOS DUROS…EN LUGAR DE DOS PON TRES!


Este hilo,

me cose a esta tierra,

¡teja fácil a mi sed!

 

El mundo del cine proporciona frases precisas para calificar las políticas de las administraciones públicas, en este caso en materia de depredación de recursos naturales. Una vez instalados en la desmesura y la destrucción, traspasado ya el umbral que conduce al colapso ecosocial, ¿por qué no dos o tres huevos duros más?.

A mediados del pasado mes de julio el Gobierno de Castilla-La Mancha presentó el borrador del DOCUMENTO DE POSICIÓN COMÚN EN MATERIA DE AGUA. CASTILLA-LA MANCHA. PACTO REGIONAL POR EL AGUA (ver aquí). Hasta mediados de septiembre se recibirán enmiendas a dicho texto para seguir adelante con su tramitación.

Tan pronto fue presentado por el Consejero de Agricultura y Medio Ambiente, las organizaciones ecologistas Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF emitieron un comunicado de alcance (ver aquí) alertando sobre el peligro de deteriorar todavía más los maltrechos espacios del agua en Castilla-La Mancha.

Leídas las seis páginas de dicho borrador, podría desplegar aquí más razones técnicas, económicas y ecológicas para cuestionar los planteamientos de dicho documento. Pero no voy a perder el tiempo en ello. Por experiencia, la maquinaria de las administraciones central y autonómica en materia de agua está perfectamente diseñada para avanzar en contra de la vida, al servicio de los intereses que codician el agua para convertirla en dinero. Montañas de alegaciones contra planes y proyectos hidráulicos megalómanos son despachadas sin entrar en el fondo de la cuestión, simplemente porque cuestionan un modelo productivo que convierte en desiertos y ríos muertos lo que antes eran oasis y vegas.

Boletines oficiales, a diario, dedican páginas y páginas a informar de trámites para nuevos aprovechamientos de aguas superficiales y subterráneas, para producir dinero a costa de destrozar cauces, acuíferos y manantiales.

Mientras tanto, la agroecología y la soberanía alimentaria, que puede alimentarnos con productos de calidad, frenar el cambio climático y ser una ocupación digna para las gentes del campo, es cosa de unos cuantos locos/as que reniegan de las directrices que en los mercados especulativos internacionales marcan las empresas de agronegocios. He ahí el dilema: vida mañana o beneficios monetarios hoy. Las políticas públicas agraria y ambiental están por lo último.

Los gobiernos de Castilla-La Mancha siempre han llevado una doble vida en relación con la gestión del agua. Por un lado se han quejado amargamente del agua que se roba a esta tierra para trasvasarla a otros lugares. Vale, hasta ahí de acuerdo. Pero por otro, han incentivado y consentido la esquilmación y contaminación del agua de ríos y acuíferos por la agricultura intensiva de regadío propia, y últimamente, además, por las macrogranjas de porcino.

Como a todo hay quien gane, la sentencia de Facundo Cabral “Juan Comodoro buscando agua encontró petróleo, pero se murió de sed”, con una vuelta de tuerca surrealista, también es de aplicación por estos lares. Eso sí, vamos a ser la bodega del mundo, y a inundar de almendras, pistachos y carne de cerdo todo el orbe, sin distinguir el valor del precio, sacrificando nuestra alma en el altar de la globalización. “Pobrecito mi patrón, piensa que el pobre soy yo”.

jueves, 17 de mayo de 2018

ES EL CAPITALISMO GLOBAL, ¡IMBÉCIL!

El genocidio del pueblo palestino es la manifestación más genuina del funcionamiento del capitalismo global y de su megamáquina de represión mercantil y militar. No es una excepción: es la norma. En las ratoneras de Gaza, Sahara y Yemen, en los crímenes diarios de activistas sociales y ambientales en América Latina, en las mujeres y niños/as que se dejan la vida cosiendo nuestra ropa, en las mujeres esclavizadas/asesinadas por el patriarcado, en las pensiones que no alcanzan para el pan y la sal, en las minas y macrogranjas industriales que envenenan la Madre Tierra, en la agricultura intensiva de exportación que sume en el hambre a sus braceros/as, en la industria militar cuyo fin último es matar inocentes,…y siempre, en los Estados cómplices.
 
Comparto una reflexión de enero de 2009, que conecta Albacete en particular y occidente en general con la muerte y el sufrimiento. Hoy, nada tan revolucionario como el pacifismo económico y el desmantelamiento del complejo militar-industrial.
 
 
Albacete somos Gaza
El pasado domingo 11 de enero, un montón de gente mezclada, de allá y de acá, grandes y pequeños, estuvimos manifestándonos contra los crímenes que está cometiendo el Estado de Israel contra el pueblo palestino en Gaza.
Fue un acto sencillo, pero muy profundo y cargado de sentimientos de rabia por la brutalidad de la fuerza, y de solidaridad con los que sufren la muerte y la destrucción.
Eché en falta representación de algunos grandes partidos políticos y sindicatos de ámbito provincial. Esos mismos que han apoyado y justificado que ciertos helicópteros de combate se construyan en nuestra ciudad y que se ponga en marcha en Albacete una escuela de pilotos de la OTAN a sabiendas que aviones de guerra del principal ejército de esta organización (el de EE.UU) han bombardeado a civiles en las ciudades de Afganistán e Irak en los últimos años. Y a sabiendas también de que EE.UU está justificando los criminales bombardeos sobre Gaza de la aviación israelí, demostrando así sus principios humanitarios y de respeto a los derechos humanos.
Sabiendo que los negocios de armas se caracterizan por ser de ida y vuelta (además de por otras sinvergonzonerías), si vienen misiles israelíes para equipar a los helicópteros Tigre del Ejército de España (decisión que ya ha sido tomada), ¿imaginamos dónde acabarán bombardeando los helicópteros Tigre “Made in Albacete” que acabará comprando el Ejército de Israel?....Y luego, los políticos españoles acabarán condenando, una vez más, un nuevo genocidio cometido con armas fabricadas aquí en empresas que contaron con subvenciones públicas financiadas con los impuestos de la ciudadanía: DINERO PÚBLICO PARA MATAR.

martes, 15 de mayo de 2018

Y CENIZATE PERDIÓ TODAS SUS FUENTES

El pueblo de Cenizate (Albacete) nació junto al Arroyo de Ledaña, que aquí lo llaman la Cañada del Cardeal. Dicho Arroyo, tras discurrir por los términos de Fuentealbilla y Abengibre, desagua en el río Júcar a la altura de Jorquera. De las 11 fuentes que manaban antaño en Cenizate, hoy todas están secas. No nos consta otro caso similar de municipio tan afectado por el expolio de sus manantiales. La sobreexplotación del acuífero de La Mancha Oriental con destino a regadíos intensivos hundió los niveles freáticos y se llevó por delante todas sus fuentes.
 
El 3 de marzo de 2011, junto a mi compañero Rafa Molina, visitamos el entorno de Cenizate para localizar lo que en su día fueron sus fuentes y manantiales. Nos acompañaros los dos mejores anfitriones: Santiago Cabañero (pastor) y Facundín García (campesino). Cariñosos y sabios, enamorados del campo y sus criaturas…risas por doquier.

 

 
 
Vamos a dar un repaso por todas las fuentes que fueron vida de este pueblo y que hoy son recuerdo para las personas mayores, y nada para las más jóvenes. Para que seamos conscientes de todo lo que sacrificamos al Dios del “progreso”. Para reflexionar sobre si puede haber futuro destruyendo la Naturaleza, en Cenizate, en La Manchuela y en todos los territorios mediterráneos donde el suelo y el agua son extremadamente frágiles.
 
A la poza de la Fuente del Frailote, en las afueras de la población, venía la gente del pueblo a tomar agua para beber. El ganado no abrevaba aquí, pues era muy poca el agua que manaba. En sus inmediaciones se hicieron cuevas de champiñón en la década de los años 60 del siglo XX, pero apenas funcionaron unos cuantos años. Se secó a finales de la década de los 70, tan pronto se comenzó la perforación de pozos en la llanura inmediata. Como vestigios, hoy sólo quedan unas matas de escaramujo y zumaque junto a una roca de toba calcárea porosa por donde en su día resudaba el agua.

La Fuente Lucía, en el paraje del Toril, siempre tuvo agua hasta que se secó en los años 80. Sus aguas servían para abrevar las caballerías que ayudaban en las tareas del campo. Los propietarios de las hazas de al lado, apodados los “Zorros”, ponían unas matas de tomates que regaban a cubos.
 
La Fuente del Cuervo recibía en una poceta calzada con piedras las aguas de dos nacimientos situados muy cerca reguero arriba. Al lado de esta fuente había un tornajo de madera realizado en medio tronco de pino donde Santiago abrevaba sus ovejas después de sacar el agua con un cubo. Igual que la anterior, se secó en los años 80.
 
El nacimiento de la Fuente de la Charca estaba situado en un resudadero de una pared caliza cuyas aguas se conducían unos 5 metros más abajo hasta una balsa que se utilizaba como lavadero, donde aún se aprecian las losas de lavar rústicas realizadas en piedra natural. Desde la balsa había un reguerón de tejas hasta al lado del camino, donde se plantaban lechugas en un celemín de tierra. Se secó a principios de los 80.

La Fuente de los Pocicos la conformaban un conjunto de al menos tres nacimientos en la ladera que desciende desde el llano a la Cañada. A partir de ellos se regaban una serie de huertas. El nacimiento mayor era el que estaba más Cañada abajo, otro había junto a unos pinos y el último donde aún hoy hay una gran piedra. Se secó a finales de los 90. El agua de esta fuente daba riego a una sola huerta de unos 2 almudes de superficie. Su propietario, Don Benito Villena, siempre la ha tenido arrendada. El ganado abrevaba en la misma fuente. La balsa de la fuente (de 2 por 4 metros de dimensión y 1,5 metros de profundidad) era utilizada en tiempos como lugar de baño de los chiquillos. El agua de esta fuente era buena para beber, pero la gente no venía a por ella para llevarla a sus casas porque está lejos del pueblo (a 3 km). Solamente la bebían los que pasaban por allí, sentándose a descansar a la sombra de unos olmos, hoy secos. Para el uso de boca, la población acudía con burros y cántaros a la fuente de la Huerta de Ramón y a la del Colmenar.

La Fuente del Colmenar consiste en una pequeña excavación de un metro de profundidad al pie de una gran visera de roca caliza. Siempre tenía agua, si bien en la actualidad se encuentra seca y lodada. Había una goma fina que conducía el agua desde la poceta hasta un abrevadero para los animales. Encima de la piedra que hay al lado también había un bebedero. Estaba cuidada por las gentes del campo ya que su agua era muy fina para beber, de las mejores del término junto con el Pozo Melchor. Hay una gran matarrubia o coscoja a su lado.

 
El Pozo de Melchor se encuentra en el barranco del mismo nombre. En el brocal del pozo había una higuera. Para sacar el agua, una persona se metía dentro con un cubo o bote y otra persona se quedaba fuera para coger el recipiente y echarlo a un pilón de piedra donde bebían las caballerías (Facundín abajo, Amado Cano arriba). El pozo tenía una profundidad de 1,5 metros, y sólo tenía unos 2 palmos de agua. Hoy se encuentra seco. Santiago recuerda que el agua de este pozo era muy fina para beber. Los labradores que se desplazaban hasta la casilla del Chuche, en verano bajaban aquí para que bebieran las mulas.

El Pozo Cebrián se sitúa en el reguero del que toma su nombre. Antes había un camino por donde pasaban los carros, pero ahora todo está perdido. Por aquí corría el agua permanentemente hacia la Cañada, hasta que a principios de los 90 se secó. Igualmente, en la actualidad se encuentra seco. Unos 30 metros más arriba del pozo había otro resudadero. Aunque se le llama pozo, realmente se trata de un manantial que nace entre grandes piedras.


La Fuente del Tollo del Buitrón y la Fuente del Tollejo del Buitrón nacían en el fondo de los tollos del mismo nombre. Antiguamente en este lugar se arrojaban los animales de gran tamaño cuando morían, tales como cerdos y mulas.
 
La Fuente de la Huerta de Santa Bárbara o de Ramón cuenta con dos grandísimos pinos y una encina en sus inmediaciones. El agua de la mina goteaba permanentemente y se almacenaba en la balsa. En la actualidad la mina está rehundida y la balsa abandonada, si bien es la única fuente del término que cuenta con algo de agua.


NOTA: Quienes deseen acceder a más información sobre las fuentes de Cenizate y otros municipios de la cuenca del Júcar pueden hacerlo a través de los siguientes enlaces.

Cenizate: Álbum de las fuentes de Cenizate en Flickr https://flic.kr/s/aHsmhGqcNp

Fichas de las fuentes de Cenizate: https://goo.gl/dr9Wm5
 
Video de excursión sobre la vegetación de las fuentes de Cenizate: https://www.youtube.com/watch?v=d_uoFES0xoI

Sáez Descalzo, Juan (2004): “Nacimientos y embalses de agua en Cenizate”, en Revista Zenizate, nº 4, pp. 59-72 Ayuntamiento de Cenizate.

Casas Ibáñez: Informe https://goo.gl/W4oDUX Fichas de las fuentes https://goo.gl/ev1vrG

Villamalea: Capítulos sobre fuentes y tollos en este libro https://goo.gl/YNQt44

Alcalá del Júcar: Capítulos sobre fuentes y tollos en este libro https://goo.gl/jJmVbq

La Manchuela: Informe fuentes https://goo.gl/24ChjA Informe tollos https://goo.gl/ZUb7a8  Vídeo de los tollos https://vimeo.com/154033374

Mancha Júcar-Centro: Informe https://goo.gl/WFXc3i

Almansa: Informe https://goo.gl/xGowz4

Cuenca media del Júcar (provincias de Albacete, Cuenca y Valencia).

Informe: https://goo.gl/hBGxmQ Fichas de 75 fuentes: https://goo.gl/NR6Nrj

 

 

 

jueves, 3 de mayo de 2018

MACROGRANJAS EN CASTILLA-LA MANCHA: DOS PREGUNTAS PARA EL CONSEJERO


El próximo viernes 4 de mayo de 2018, a las 10,30 horas en la sede de la Confederación de Empresarios de Albacete (FEDA), el Grupo Multimedia de Comunicación La Cerca organiza una conferencia que lleva por título "El sector agroalimentario de CLM dentro de la economía nacional e internacional". La impartirá el Consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Francisco Martínez Arroyo.

Seguro que son muchos los temas interesantes que abordará el Consejero, pero ninguno que esté generando tanta preocupación social como el de las macrogranjas de porcino que están intentando proliferar por toda la región. Como no podré estar presente en dicha conferencia, voy a formular por escrito mis preguntas a través de las redes sociales con la confianza de que puedan llegar al Consejero, y si lo tiene a bien manifieste su opinión al respecto.

La primera es una repregunta, por si el Consejero quisiera rectificar o matizar una contestación que dio hace apenas 10 días. El pasado 23 de abril, en Albacete, interpelado por la posición de la Junta de Castilla-La Mancha respecto a las macrogranjas el Consejero afirmó: “la responsabilidad de que se instale una macrogranja en cualquier municipio de la región es del Ayuntamiento en cuestión que es el “órgano sustantivo”. La Administración local recoge el proyecto de la empresa y pide la Declaración de Impacto Ambiental a la Consejería de Medio Ambiente.  Son los ciudadanos y el alcalde quienes tienen que decidir si quieren una granja de cerdos en su municipio. Es una cuestión que les compete a ellos. El alcalde tendrá que asumir el coste de promocionar una granja o no hacerlo y es una decisión que le compete al Ayuntamiento de manera exclusiva y que en ningún caso es competencia del Gobierno de Castilla-La Mancha. El Gobierno regional hace la Declaración de Impacto Ambiental que es siempre muy exigente[i], imponiéndose unos requisitos al promotor del proyecto”.

Esta respuesta no me sirve. Creo que entra en abierta contradicción con lo establecido en el Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha, que en su artículo 31 señala que la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha asume competencias EXCLUSIVAS, entre otras materias, en ordenación del territorio, urbanismo y vivienda, agricultura y ganadería e industrias agroalimentarias y planificación de la actividad económica y fomento del desarrollo económico de la Región. Por ejemplo, la Junta no deja que los municipios decidan sobre expedientes de transformación o nuevos derechos para plantación de viñedo, ni sobre incorporación de jóvenes a la agricultura, ni sobre ganadería extensiva o agricultura ecológica, ni sobre subvenciones a empresas productivas. En otros casos, como urbanismo, los municipios proponen, pero la Junta dispone. Entiendo que la Junta debe abandonar esta posición de equidistancia y tomar partido del lado de las preocupaciones de la gente.

Creo que la creciente movilización ciudadana contra las macrogranjas a las puertas de elecciones autonómicas ha llevado a la Junta a “echar balones fuera a la desesperada”. Al actuar así deja el problema de las macrogranjas en una situación de mayor vulnerabilidad aún. Para bien o para mal, los Ayuntamientos serán quienes decidan. Habrá algunos que cuenten con la opinión de la ciudadanía a través de procesos participativos transparentes. Habrá otros donde la Alcaldía tomará la decisión que estime conveniente sin consultar a sus vecinos/as. Lógicamente, los promotores de macrogranjas, buscarán éstos últimos Ayuntamientos para sacar adelante sus negocios sucios. La mayor parte de los Ayuntamientos son muy pequeños, sin medios para desarrollar un proceso con plenas garantías en materia de impacto socioambiental y menos aún para el control estricto de la gestión de residuos y de bienestar animal en el caso de que finalmente salgan adelante dichos proyectos.

Y otra cuestión no menor. Si un proyecto de macrogranja cuenta con una Declaración de Impacto Ambiental positiva por parte de la Junta de Castilla-La Mancha, ¿cómo podría un Ayuntamiento evitar la instalación de la misma sin ir contra la ley, es decir, sin prevaricar? Los ayuntamientos deberían justificar que la licencia no se puede otorgar por algún motivo mediante un informe técnico muy bien fundamentado en razones ambientales, sociales o económicas. Es decir, debería confluir la firmeza y valentía de la Alcaldía con la pericia de quienes elaboren los informes técnicos municipales. Y claro, frente a ello, estarían las empresas promotoras de macrogranjas con toda su artillería jurídica para recurrir cualquier acto administrativo contrario a sus intereses. Es decir, con mucha probabilidad se entraría en pleitos prolongados ante los tribunales de incierta resolución. Incluso podríamos encontrar fallos judiciales que obligaran a las maltrechas arcas municipales a indemnizar a empresas promotoras de macrogranjas a las que se les hubiera negado la licencia de obra y actividad de manera contraria a derecho.

En el caso de que fuera posible prohibir macrogranjas vía ordenanzas municipales (tras pasar el filtro administrativo de la correspondiente comisión provincial o regional de urbanismo), una corporación municipal posterior podría modificar dichas ordenanzas para que de nuevo fueran permisivas. Así, el riesgo de esta espada de Damocles siempre estaría ahí, preparada para caer en cuanto la correlación de fuerzas políticas en un ayuntamiento se mostrara proclive. Como la administración autonómica deja la decisión en los municipios, más allá de la emisión de la correspondiente Declaración de Impacto Ambiental, se convertiría en una simple espectadora respecto a un asunto de vital transcendencia para el medio ambiente y la salud de las personas en su ámbito de competencias.

Y ya puestos, una segunda pregunta muy concreta. Aprovechando que en el título de la conferencia se relaciona el sector agroalimentario regional con la economía internacional. ¿Existe algún documento o plan elaborado por la Junta de Comunidades, donde se valore el impacto socioambiental acumulativo sobre la tierra, el agua y el mundo rural, de los agronegocios ligados a los mercados internacionales, tales como la agricultura intensiva de secano y regadío, así como de la ganadería industrial que se están promocionando en esta región?


[i] Es cuestionable que las Declaraciones de Impacto Ambiental sean tan “exigentes”. El hecho de que se necesiten más de 2.000 plazas de cerdos para que sea exigible estudio de impacto ambiental es excesivo. Implícitamente se está considerando que con menos de 2.000 plazas no hay impacto en el medio natural, y eso es muy cuestionable. Por ejemplo, podría darse el caso de muchas granjas de 2.000 plazas en una comarca, que tendrían efectos acumulativos sobre el suelo y las aguas. Antes de la actual Ley de Evaluación Ambiental el límite para tener que someterse a estudio de impacto ambiental era 400 plazas de cerdos, por tanto, la evolución ha sido a cada vez más laxa, no cada vez más exigente.
Por otro lado, la Junta de Castilla-La Mancha está incumpliendo su ley de manera sistemática. Otorga Declaraciones de Impacto Ambiental a proyectos que no cumplen criterios exigidos como la presentación de estudios específicos sobre afecciones al medio cuando el proyecto está en zona protegida (red natura o zona ZEPA), ni la presentación de plan de abonado cuando el proyecto está en zona vulnerable a la contaminación de aguas subterráneas por nitratos (donde se incluye buena parte del territorio de la región).
Igualmente, en 2012 el Gobierno de Castilla-La Mancha derogó la normativa que regulaba la gestión de los purines de porcino, y hasta ahora no se ha sacado ninguna norma que la sustituya, a pesar de tratarse de una actividad con un elevado potencial de impacto ambiental negativo. 

martes, 24 de abril de 2018

HE NECESITADO CASI MEDIO SIGLO PARA DESPEJAR ALGUNAS DUDAS

HE NECESITADO CASI MEDIO SIGLO PARA DESPEJAR ALGUNAS DUDAS
 
La rapidez en percibir las verdaderas fuerzas que dan forma a la realidad no es mi fuerte. No obstante, al final termino por tenerlas claras. Bien porque con el tiempo acaban manifestándose de manera diáfana, bien porque mi propia experiencia vital acaba dándose de bruces con ellas. Confieso que esta última manera de aprehender el entorno que nos rodea es mucho más revulsiva y enriquecedora que cualquier otra: “golpe a golpe, verso a verso”.

Para poner mi granito de arena en la tarea común de entender y transformar el mundo he leído, pensado, viajado, conversado y observado. He participado en colectivos sociales, culturales, ecologistas, así como en organizaciones políticas e instituciones públicas. No me arrepiento de haber transitado todas estas sendas. Al contrario, lo he aprendido todo de mi caminar por ellas, conociendo a quienes hoy son mis mejores amigos/as.
De un tiempo a esta parte veo algo de luz. No la cegadora que todo lo ilumina, sino fueguitos galeánicos que apenas me permiten vislumbrar el rostro de quien tengo enfrente, suficiente en todo caso para no temer a la oscuridad, para sentir calor en medio de este páramo desabrigado.
Me he percatado de las serias limitaciones de la vía institucional para superar este sistema capitalista que se muere a rajas, y que en su agonía arrastra al colapso a la mayor parte de las personas y criaturas del mundo. No dudo que en algunos casos el activismo social y político permite suavizar aquellos rasgos más agresivos del propio sistema pero, sin restar importancia a ello, hasta ahora se ha manifestado absolutamente incapaz de desactivar e invertir las estructuras que alimentan la patológica desigualdad social, la violencia estructural y el brutal deterioro ambiental de nuestro mundo. La globalización capitalista es el triunfo del todo-mercado, y exigirle compasión es lo mismo que pedir peras al olmo.
Creo que hay que
- seguir denunciando públicamente las injusticias y desatinos de este sistema que muere matando, sin gastar demasiadas energías, incluso con sentido del humor e ironía, aunque sólo sea para evitar que las piedras espontáneamente hablen por nosotros/as,
- seguir intentando tener presencia en ámbitos de representación y decisión política institucional, principalmente en el marco de los municipios, para hacer más amable este final de etapa y la consiguiente transición ecosocial que se nos viene encima, en ningún caso para gestionar lo que hay ni para insuflar oxígeno al sistema, sino para adelantar su desmontaje ordenado.
No obstante estas inercias del activismo social y político occidental propio de los dos últimos siglos, sobre las que insisto que no deposito apenas esperanzas transformadoras sino en todo caso paliativas, pienso que dos son las vías de acción preferentes e inaplazables, que van a tener mucho más recorrido en un futuro inmediato, a pesar de que su tránsito pueda encontrarse plagado de vacíos, dudas y obstáculos.
La primera es la resistencia y la movilización en defensa del territorio donde vivimos. De sus aguas, suelos y aires, que en última instancia nos permiten la vida digna. Es cierto que desequilibrios globales como el cambio climático están trastocando todo, pero si localmente luchamos por evitar procesos de contaminación y agotamiento de recursos en nuestro ámbito, el postcolapso puede que sea más esperanzador. Sin olvidar nunca que la contaminación más peligrosa y contagiosa es el individualismo y la competencia.
La segunda es la construcción de espacios autogestionarios, libertarios, pacifistas y antipatriarcales, pegados a los territorios, para afrontar y resolver comunitariamente las necesidades básicas de personas y colectivos. Y ello aunque todavía el capitalismo, a su modo, pueda ofrecer de manera mercantilizada y parcial la satisfacción de algunas de estas necesidades.
Se trata de dos opciones propias de sociedades en transición a un estilo de vida cooperativo, menos complejo y depredador de recursos naturales, que identifican que el colapso ya está aquí, en forma de desigualdades sociales aberrantes, de guerras y violencias por doquier y de destrucción masiva de múltiples formas de diversidad biológica, cultural y comunitaria.
La “vía” que diría Morin es salir de esta megamáquina mumfordiana desbocada que es el capitalismo, que avanza haciendo jirones a cuerpos y almas. No sabemos dónde tendrá su final, ni lo que arrastrará el tsunami de su caída, pero sí podemos decidir cuándo comenzar a desacoplarnos individual o colectivamente para construir nuevas formas de relacionarnos con la vida.

domingo, 22 de abril de 2018

CUANDO GOBERNAR ES FRENAR: LA AGRICULTURA Y LA GANADERÍA DE CASTILLA-LA MANCHA DESBOCADAS


Cada día los boletines oficiales de las provincias de Castilla-La Mancha publican anuncios de tramitaciones de nuevas concesiones de aguas subterráneas en todas sus cuencas hidrográficas. La transformación de cultivos leñosos en regadío (viña, almendros, pistachos, olivos) y las macrogranjas (porcino fundamentalmente, pero también avícolas), son los proyectos que se llevan la palma en cuanto a la finalidad de dichas concesiones.
 
En los últimos meses el goteo de nuevos proyectos es incesante, como nunca antes se había visto. Imposible de abarcar y estudiar en su totalidad por las organizaciones ecologistas, casi las únicas que están formulando alegaciones a los mismos. Estas burbujas que especulan con la tierra y el agua están inflándose a marchas forzadas, igual que en su día ocurrió con el urbanismo y el ladrillo. Y olvidamos que el final de las burbujas es siempre el mismo, explotar, y que las consecuencias las sufran principalmente quienes en nada se beneficiaron de su auge: la gente normal y corriente.
Corresponde a la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente resolver sobre estos proyectos en cuanto a impacto ambiental y ordenación agraria, y a las correspondientes Confederaciones Hidrográficas sobre nuevas concesiones de agua. Salvo excepciones, casi siempre como consecuencia de la presión ciudadana, estas solicitudes se resuelven favorablemente, dando una vuelta más de tuerca a nuestros frágiles ecosistemas al borde del colapso.
Esta es la planificación territorial de nuestras administraciones públicas: convertir Castilla-La Mancha en un vertedero y un desierto. Multitud de actividades de alto impacto ambiental que se autorizan una a una, de manera independiente, sin una adecuada evaluación ambiental integrada que permita valorar el efecto acumulativo de esos proyectos individuales sobre el agua, el suelo y la atmósfera, tanto en el propio territorio como a escala global. Cuando una parte de la ciudadanía y los pueblos más afectados claman por frenar y pensar antes de que sea demasiado tarde, los gobiernos de todos los niveles (salvo dignas excepciones de algunos ayuntamientos), se dirigen a toda máquina contra el acantilado.
Recuerdo unas declaraciones del Ministro de Industria del segundo gobierno Zapatero (2008-2011), Miguel Sebastián. En una entrevista de 2013, cuando preguntaron a Sebastián porqué el gobierno del que él formaba parte no desactivó la burbuja inmobiliaria que crecía fuera de control en España, respondió que eso era como “quitar el ponche y la música en medio de la fiesta”. Efectivamente, esa es la tarea de los gobiernos, frenar dinámicas explosivas. Como no se hizo en su momento, la crisis de la economía española fue la más intensa de la Unión Europea tras la de Grecia, dejando sin empleo a casi 6 millones de personas, desplegando políticas de recortes sociales salvajes como nunca antes se habían conocido, dejando en riesgo de pobreza y exclusión a casi un tercio de la población, sumiendo en la precariedad a millones de personas a pesar de tener un empleo, expulsando de este país a más de un millón de jóvenes.
Gobernar no es dejarse llevar por las inercias de grupos de presión más o menos explícitos, que sólo buscan de los gobiernos políticas que favorezcan sus intereses particulares. Gobernar es decidir qué hacemos hoy para que mañana estemos mejor. Las personas no vivimos del ponche, ni siquiera de los alimentos ni bienes que compramos en el mercado. Vivimos del sol, el agua y la tierra, a partir de las cuales obtenemos todo lo demás.

martes, 17 de abril de 2018

LA BURBUJA FINANCIERA DE LAS MACROGRANJAS EN CASTILLA-LA MANCHA YA ASOMA LA PATITA


 
La agencia de noticias Reuters, especializada en información financiera, anunciaba el lunes 16 de abril de 2018 que un grupo inversor chino estaría planteándose adquirir Incarlopsa por 1.000 millones de euros. Dicho grupo es Kam Fung Group Company Limited, radicado en Hong-Kong, especializado en el negocio inmobiliario, la construcción, el turismo, la minería y la inversión financiera. En este último ámbito, invierte en activos nacionales y extranjeros, financiando proyectos, fusiones y adquisiciones de empresas.  Como se ve, ninguna relación con el sector cárnico. Tampoco es necesario, como se trata de especular, lo mismo vale para un roto que para un descosido. Donde huela a dinero, allí que meten sus narices.


Incarlopsa (Tarancón, Cuenca) junto al Grupo Fuertes-El Pozo (Alhama de Murcia) son dos de las principales empresas del sector cárnico en España. Ambas, a través de otras empresas filiales (Cefusa en el caso del Grupo Fuertes e Icpor-Soria en el caso de Incarlopsa), están detrás de la pretensión de instalar cientos de macrogranjas de porcino en varias comunidades autónomas, especialmente en Castilla-La Mancha.

En la jerga financiera se utiliza el eufemismo “grupo inversor” en vez de su denominación más propia de “fondo especulativo”. Estos grupos deciden invertir en aquellas actividades de las que esperan una elevada rentabilidad a corto plazo. Normalmente no se trata de inversiones a medio y largo plazo, preocupadas por la imagen y la fortaleza de la empresa que adquieren, sino que buscan su reestructuración para hacerla atractiva a su vez a nuevos inversores especulativos y venderla entera o a trozos nada más que se presente la ocasión, incluso a veces a empresas del propio sector de la adquirida, reduciendo así la competencia, dando lugar a oligopolios. ¿Y si el Grupo Fuertes-El Pozo estuviera detrás de esta operación? Es una simple especulación.

Tras estos años de crisis, todos/as sabemos lo que significa el eufemismo “reestructuración” empresarial: división en diferentes líneas de negocio, externalización de tareas y riesgos, endurecimiento de condiciones laborales, expedientes de regulación de empleo, creación de filiales en paraísos fiscales para reducir el pago de impuestos, etc.

Si hoy un grupo de capital privado chino quiere comprar Incarlopsa (31 millones de euros de beneficios en 2016) y pagar 1.000 millones de euros, es gracias a que Incarlopsa ha conseguido contar con el apoyo legislativo y financiero de diferentes instancias de gobierno a sus planes de rodear sus mataderos de más de un millón de cerdos en macrogranjas intensivas y así asegurar el abastecimiento para su plan de expansión. Es esta fuerte proyección de crecimiento a corto plazo la que ha disparado los deseos de grupos de inversión especulativos por comprar Incarlopsa, y así se cierra el círculo del pelotazo. Veamos.

El Programa de Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha (2014-2020), con financiación del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER), está subvencionando con dinero público la instalación de macrogranjas de porcino por toda la región, especialmente en las áreas más despobladas y deprimidas desde el punto de vista económico. Igualmente apoya mediante la orden FOCAL (Fomento de la Calidad Agroalimentaria) a las propias empresas de transformación cárnica. La puesta en funcionamiento de dichas macrogranjas es indispensable para que salgan adelante los planes de expansión de estas empresas, que mejoran sus resultados económicos actuales y previstos, y se convierten en objetivo de grandes grupos de inversión especulativos, para los que la actividad productiva a medio y largo plazo no tiene ningún interés, estando sólo preocupados por materializar plusvalías a la mayor brevedad posible con la reventa de la empresa que acaban de comprar.

Vivimos en un sistema capitalista de libre empresa. Los gobiernos, salvo raras excepciones, no pueden inmiscuirse en las decisiones de los/as propietarios/as de una empresa de venderla al mejor postor. De acuerdo. Pero los gobiernos si tienen la capacidad de dirigir la legislación y los fondos públicos para ayudar a empresas y sectores anclados al territorio contra viento y marea, respetuosos con la conservación de la naturaleza y con el trabajo decente de las personas, elementos que en última instancia permiten prosperar a nuestros pueblos y comarcas.

En resumen, hay que ponerse en guardia cuando un gran fondo de inversión especulativo pone sus ojos en un territorio. La reciente crisis financiera ha demostrado que las verdaderas armas de destrucción masiva no estaban en Afganistán, Irak ni ningún otro país arrasado por esta causa. Hoy, las verdaderas armas de destrucción masiva son financieras, y les dejamos moverse a sus anchas por todo el mundo.

martes, 13 de marzo de 2018

LAS MACROGRANJAS: EL GOBIERNO DE CASTILLA-LA MANCHA VUELVE A EQUIVOCARSE DE BANDO

A veces, los gobiernos son el problema. En vez de cuidar y abrir alamedas para personas libres, conducen a callejones sin futuro. Sólo por favorecer a corto plazo los beneficios de grandes empresas. Desde el sector financiero hasta la agroindustria, pasando por pelotazos urbanísticos y la privatización de servicios públicos.

No hay otra opción. La gente y los pueblos tienen que movilizarse para defender lo público y lo comunitario. La historia reciente de Castilla-La Mancha está salpicada de estas luchas sociales, que no han estado lideradas por partidos políticos, sindicatos u organizaciones agrarias. Han surgido de la preocupación y la toma de conciencia de la ciudadanía.
Las personas mayores salieron a la calle contra el intento de cerrar las urgencias nocturnas de determinados centros de salud en el ámbito rural. Las mareas verde y blanca denunciaron (y en ello siguen) los recortes en la educación y la sanidad pública. El colectivo de trabajadores/as interinos/as de la Junta de Comunidades ganó en los tribunales lo que se les arrebató por decreto. Las comarcas objetivo de las tierras raras, del fracking o del cementerio nuclear salieron masivamente a la calle para desterrar esas prácticas de sus campos, que condenaría lo único que tienen: sus cosechas y sus ganados.
Hoy, al amparo de ayudas económicas establecidas por el Gobierno de Castilla-La Mancha con fondos de la Unión Europea, las macrogranjas de porcino ligadas a grandes empresas del sector cárnico, intentan expandirse por todas las provincias de Castilla-La Mancha. Mucha gente teme fundadamente que los impactos ambientales asociados a estas instalaciones deterioren el aire, el agua y el suelo de sus pueblos. Ante su petición de información y debate transparente en actos públicos, algunos ayuntamientos cierran sus puertas a cal y canto, contribuyendo así a una bella metáfora: la calle y no las instituciones son el lugar privilegiado para impulsar los cambios sociales.
Ante las plataformas contra las macrogranjas de porcino que están proliferando por toda la región, que piden repensar la conveniencia de este tipo de industrias en nuestro medio rural, la administración regional mantiene monolítica su postura a favor de estas instalaciones.
El Gobierno de Castilla-La Mancha asume los principios del despotismo ilustrado, donde los gobernantes afirman regirse por los intereses del pueblo al tomar sus decisiones, pero no cuentan con éste en aquellos casos donde hay un clamor contrario a sus políticas. El actual gobierno regional actuó al principio, sin complejos, como el principal valedor de la empresa minera que quería explotar las tierras raras del Campo de Montiel. Luego, la presión social le obligó a dar marcha atrás. Ahora, con las macrogranjas, lleva el mismo camino. En vez de actuar rápido de reflejos, y ponerse desde el principio del lado de la gente que defiende su tierra, sigue flirteando con empresas de dudosa responsabilidad social corporativa en lo que toca a su impacto ambiental negativo.
Hay dos cosas peores que tomar decisiones equivocadas. Una, persistir en ellas por creer que no hay mejores alternativas. Dos, no enmendarlas por preferir servir antes a empresas particulares que al interés general.
Aire, agua y suelo, porque no es otra cosa la vida.

lunes, 5 de marzo de 2018

¿LEVANTAMOS LA MIRADA? ¿QUÉ FUTURO PARA CASTILLA-LA MANCHA?

 
En las modernas economías de mercado, la planificación cumple un papel más relevante aún que en los sistemas económicos de tipo soviético. Nada se deja al libre juego de la oferta y la demanda. Todo es dirigido por el gran capital transnacional, y los gobiernos, la mayoría de las veces, son simples ejecutores de sus planes.
 
Se nos machaca con la idea de que el desarrollo económico de los territorios pasa por abrir las puertas de par en par y extender la alfombra roja a proyectos respaldados por grandes grupos transnacionales. Proyectos que exigen para sí mismos las mejores condiciones, o lo que es lo mismo, las peores para la mayor parte de la gente (precariedad laboral) y la Naturaleza (deterioro ambiental). Y si no se le ofrecen, buscan otro lugar para invertir y maximizar beneficios. Porque en la globalización siempre puedes encontrar a alguien más empobrecido/a que acepte las condiciones del capital.
En Castilla-La Mancha llevamos décadas en esta dinámica propia de territorios dependientes y al servicio de las ansias de acumulación del capital financiero. Su actual gobierno, así como buena parte de su sociedad civil, no levantan la cabeza para imaginar el futuro desolador que se vislumbra con este modelo de desarrollo, depredador de recursos naturales y alienante para la gente.
Sólo en aquellos casos donde ha habido movilización y protesta social intensa, se han conseguido frenar estas políticas dañinas para la gente y la naturaleza. Y siempre cuando se ha tratado de proyectos “concentrados” en determinados espacios. Es el caso de la oposición a la minería de tierras raras en el Campo de Montiel, al cementerio nuclear de Villar de Cañas y al fracking o fractura hidráulica para la extracción de hidrocarburos no convencionales.
En cambio, en otros muchos casos, las políticas extractivistas de recursos naturales siguen campando a sus anchas de manera difusa por todo el territorio, contando con el apoyo decidido de las administraciones públicas competentes. Aquí cabe citar el apoyo explícito del Gobierno de Castilla-La Mancha a:
- las macrogranjas de porcino y de otras especies animales, al servicio del lobby de la industria cárnica, que amasa beneficios a costa del maltrato animal y del deterioro ambiental;
- la agricultura intensiva en el uso de fertilizantes, pesticidas y recursos energéticos no renovables tanto en secano como en regadío;
- la sobreexplotación a nuestro cargo de las propias aguas subterráneas y superficiales, que esquilma cauces y manantiales, que no es menor al agua que “nos roban” otras comunidades;
- la industria bélica de producción y adiestramiento en armas para matar a personas inocentes;
- las plataformas logísticas de las nuevas multinacionales de la distribución comercial a través de internet, para las que no existen personas trabajadoras, sino mano de obra de usar y tirar;
- el despoblamiento salvaje de buena parte del territorio castellano-manchego, incentivando las políticas de éxodo rural iniciadas con el desarrollismo de la dictadura, porque ya no interesan personas unidas a la tierra, sino consumidores/as en entornos urbanos, desarraigados/as, a pie de centro comercial.
Sólo conservando el agua y la tierra, haciendo un uso cuidadoso de estos recursos, mañana habrá vida aquí. Al capital que sólo busca maximizar beneficios, esto le da igual. Sólo piensan en el corto plazo, y nada más. A quienes vivimos aquí, y queremos que nuestros/as nietos/as lo sigan haciendo, no debería darnos igual. Sólo la movilización social frena las políticas que no piensan en la gente ni en la vida.
En una tierra viva, las organizaciones comunitarias y/o políticas pueden luchar contra la precariedad laboral, el desempleo, la desigualdad aberrante, las diferentes formas de violencia, el patriarcado, la corrupción, la dictadura de los mercados, la democracia de cartón-piedra, la producción de alimentos,… En una tierra envenenada y moribunda sólo hay un horizonte: el de la emigración.

viernes, 2 de febrero de 2018

CASTILLA-LA MANCHA SAQUEADA: LA SEQUÍA DE LA RAZÓN


El título de estas notas es una adaptación de “Extremadura saqueada. Recursos naturales y autonomía regional”, libro coordinado por los maestros José Manuel Naredo, Juan Serna y Mario Gaviria en el año 1978, en plena transición política.

El mismo dibujaba el marco de sometimiento y extractivismo consustancial al capitalismo, que a pesar de estar disfrazado con la “máscara de la democracia, es jerárquico y autoritario y continúa imponiendo coercitivamente sus relaciones de dominación y sus agresiones contra la naturaleza y los individuos”.

En Castilla-La Mancha se han reproducido en las últimas décadas los mismos esquemas de expolio que se señalaban en el caso extremeño, además de otros propios de los tiempos modernos, ligados a la maduración de su autogobierno. La mayor parte del interior peninsular ha jugado el papel de suministrador de energía, materiales, tierra y agua que devoran las grandes ciudades y polos industriales de Madrid y toda la costa mediterránea.

Centrales nucleares, cementerios de residuos radioactivos, embalses que roban el agua, sobreexplotación de acuíferos para robárnosla a nosotros/as mismos/as, expulsión de población rural, fuga de capitales de grandes empresas y fortunas, agricultura intensiva que esquilma suelos y pueblos, macrogranjas porcinas que envenenan la tierra, vertederos de residuos mil, minerías viejas del carbón, minerías raras para tecnologías que nos desconectan de todo, fracking, concentración de la propiedad de la tierra, urbanismo especulativo, autovías y aeropuertos a ninguna parte, industria de la guerra, plataformas logísticas certificadoras de precarización laboral, fincas, escopetas, señoritos, casinos y burdeles.

Naredo advertía en el Epílogo del libro contra “la ilusión de que la situación actual podría modificarse mediante un simple cambio en la cúspide política (…) si el Estado no es un ente neutral ello no se debe sólo a que sea el instrumento de una determinada clase social, sino también a que por su propia naturaleza su organización burocrática, jerárquica y centralizada no puede más que reproducir relaciones de dominación sobre individuos y territorios cualesquiera que sean los que la controlen”

El próximo lunes 5 de febrero, a las 20 horas, organizado por la buena gente de Ecologistas en Acción de Albacete, Cipriano Escribano y yo reflexionaremos sobre cómo este modelo depredador y desertificador se manifiesta en la gestión de las aguas de la provincia de Albacete.

La sequía de la razón es aún más dañina que la de las precipitaciones. Esta última acaba curándose con lluvia o con austeridad bien entendida (sí, claro, hay una austeridad y simplicidad justa y necesaria). En cambio, la primera es el caldo de cultivo para el despliegue de la racionalidad economicista y tecno optimista, incapaz de entender y cuidar las vidas, incompatible con ellas.

lunes, 15 de enero de 2018

ESTADOS, GRANDES CORPORACIONES Y LÍMITES ECOLÓGICOS DEL PLANETA


James O`Connor (1973, pág. 176): “el seguro social, no es, básicamente, un seguro para los/as trabajadores/as, sino una especie de seguro para los/as capitalistas y las grandes compañías”.

El pasado mes de noviembre fallecía a los 87 años de edad James O`Connor, sociólogo y economista marxista, profesor de la Universidad de California-Santa Cruz, conocido por sus aportaciones en el ámbito de las finanzas públicas y de la crisis ecológica. Anticipó en los años 70 del pasado siglo dos tendencias que hasta la actualidad se vienen imponiendo con toda crudeza: el estado al servicio de las grandes corporaciones y la crisis de la civilización occidental a partir de los límites ecológicos del planeta.

Conocí a Jim O`Connor en un curso de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Valencia, en marzo de 1992. Disertó sobre “Economía política de la ecología en el capitalismo moderno y el movimiento internacional rojo-verde”. El curso llevaba por título “La sociología frente a la crisis ecológica” y lo dirigía el profesor Ernest García. Otros ponentes fueron Jesús Ibáñez, Josep Vicent Marqués y Joan Martínez Alier.

La principal aportación intelectual de O`Connor se conoce como la “segunda contradicción del capitalismo”: el crecimiento económico socava la base de los recursos naturales, atenta contra la vida humana en la Tierra y por ende, colapsa las propias condiciones de producción capitalistas. Con esta línea editorial, O`Connor fundó en 1988 la revista "Capitalism, Nature, Socialism: A Journal of Socialist Ecology” (“Capitalismo, Naturaleza, Socialismo: Una revista de Ecología Socialista”).

Su libro más conocido es “La crisis fiscal del estado” (1973). Oí hablar del mismo mientras estudiaba economía, y hace unos años pude leerlo con sosiego. Conviene tener presente la fecha de publicación de este libro, en el ocaso de las políticas keynesianas y socialdemócratas, muy cerca del advenimiento del neoliberalismo con Reagan y Thatcher, a punto de desencadenarse la primera crisis del petróleo.

Señalaba O`Connor que los “avances” capitalistas en el ámbito de la agricultura, los recursos naturales, la industria, la distribución comercial, las finanzas,…han empobrecido a amplias capas de la población y regiones del planeta. Y que el Estado, para que no se cuestione su función legitimadora, actúa mediante políticas sociales, redistribuyendo rentas.

Igualmente, apuntaba que las políticas sociales son el resultado del avance del capitalismo monopolista en una doble vertiente:

- Son un mecanismo de legitimación para compensar los desequilibrios de la acumulación capitalista (desigualdades crecientes) en una sociedad de suma-cero.

- Intentan crear una sensación de seguridad entre trabajadores/as, reforzando la disciplina.

Afirmaba que el sistema fiscal desempeñaba dos funciones principales:

- Permite al capital monopolista aumentar su renta y su riqueza, reforzando su posición dominante.

- Se apropia del capital de las pequeñas empresas y de la clase trabajadora, con el fin de hacer frente a los costes del capital social (capital físico, capital humano, gasto social).

O´Connor denominaba “crisis fiscal del estado” a la tendencia del gasto gubernamental a aumentar más rápidamente que los ingresos como consecuencia de las necesidades crecientes de ciudadanos/as y grupos de presión económicos que producen mayores demandas sobre el presupuesto estatal.

Y en la línea de las aportaciones de John Kenneth Galbraith, afirmaba que los grupos de interés se han apropiado de muchas parcelas del poder estatal mediante “múltiples relaciones estrechas con el Gobierno”, controlando la mayor parte de los organismos reguladores de ámbito federal, estatal y local, para garantizarse la mayor parte en el reparto del botín.

Todo un visionario Jim O’Connor.

Ya son más de 40 años de capitalismo de estado o corporativo. Mientras continúan los debates sobre otro estado presto a disciplinar la quimera acumuladora y extractivista del gran capital, no caemos en la cuenta de que la tarea es construir algo nuevo y distinto al estado en cuanto a forma de organización comunitaria de las gentes.