jueves, 21 de septiembre de 2017

A peor vida. Tabaqueros y la Casa Grande (Villamalea)

Cronistas de la destrucción… ¡¡qué ingrata tarea!!
El nacimiento de la Fuente del Piojo (700 msnm) era, con diferencia, el mayor manantial de la Ceja del Valle del Cabriel, en el término de Villamalea, justo en el límite con el de Casas Ibáñez. Los 12 litros por segundo aforados a finales de los años 70 del pasado siglo, corrían por el Arroyo de la Aldea, permitiendo el riego de multitud de huertas en la Casa Grande (o Casa de los Señoritos), las Casas Nuevas y Tabaqueros. Justo en Tabaqueros sus aguas formaban un monumental tollo (602 msnm) a cuya sombra se construyó un lavadero, un abrevadero y un caño para agua de uso de boca.
Más de 100 personas llegaron a vivir a lo largo del Arroyo de la Aldea. Hortelanos/as que obtenían el sustento de su tierra fértil y su agua fácil. Progresivamente sus caudales se han ido reduciendo, hasta que hace dos años desaparecieron. Hoy, las gentes que tienen casas de campo en Tabaqueros se abastecen a través de un pozo que han realizado. La paradoja de siempre: la proliferación descontrolada de pozos seca las entrañas de la tierra, mata a las fuentes naturales, y obliga a construir nuevos pozos o a profundizar los existentes para conseguir el abastecimiento perdido. Lo que antes teníamos sin incurrir en ningún coste energético (el agua por gravedad), hoy requiere importantes inversiones en sondeos y bombas, así como costes de mantenimiento en energía eléctrica o de hidrocarburos que agravan el cambio climático. Nuestra vida se vuelva cada vez más frágil y dependiente. Nuestra vida se agota a la par que esquilmamos todos los recursos que nos rodean.
Habitualmente se ha utilizado el agua de esta fuente para uso de boca de la gente del lugar que incluso acudían con envases para acopiarla y llevársela a su casa. La sombra de los olmos que en tiempos había junto a la fuente, el lavadero y el caño para beber hacían de este lugar un espacio atractivo para pasear o comer en el campo. Desde que los olmos se secaron y la gente abandonó la aldea (sólo viven personas aquí los fines de semana), el lugar ha perdido todo su encanto, así como las posibilidades de albergar vida humana. El reciente secado de la fuente ha sido el final de esta historia.
Un sencillo caño de hierro hacía fácil a la sed las aguas que nacen en el tollo, previamente conducidas por pequeños canales excavados en la roca desde la pared que los drena. Hoy todo está colonizado por las zarzas, seco, inaccesible para la gente. Territorios aquí al lado agotados y perdidos, hostiles para la vida humana. El punto de partida para las migraciones.
Más pronto que tarde, el actual sistema agroalimentario va a colapsar. Al estar basado en el uso intensivo (casi exclusivo) de petróleo en sus procesos de producción, transformación y distribución a escala mundial, su ocaso va a la par que el de este recurso no renovable que ya ha sobrepasado su pico de producción. Entonces tocará volver a los sistemas agroalimentarios tradicionales, de cercanía, intensivos en energía renovable de origen humano y animal. En este futuro inmediato, los espacios de huerta de regadío en valles y regueros van a recobrar el protagonismo que siempre tuvieron, y que la quimera de la modernidad despreció. Entonces, a estos lugares del Júcar y el Cabriel le faltarán sus dos recursos más preciados: la tierra y el agua. Y tocará buscar la vida lejos de aquí.
El antes y el ahora de las siguientes fotografías auguran un después vacío. El Arroyo de la Aldea, ya no es arroyo. La aldea del arroyo, ya no es aldea. Con el agua han robado también el futuro.

 

martes, 19 de septiembre de 2017

UN PASEO POR AQUÍ AL LADO

La vida plena para todas las personas precisa de sobriedad y cooperación en el uso del aire, la tierra, el agua, los materiales y la energía. Cuando sobre estos recursos tienen lugar fenómenos de acaparamiento o deterioro, como diría el Jefe Indio Seattle, “termina la vida y comienza el sobrevivir”.
 
Cuando nos afanamos tras el producto interior bruto (PIB), el consumismo y la competencia a ultranza, damos alas al colapso que ya se ha instalado en nuestro mundo. Colapso que ha comenzado golpeando a los/as más vulnerables, pero que acabará desplegando todo su dolor a los cuatro vientos, alcanzando incluso a quienes hoy nos creemos a salvo. Utilizando el título de un libro de Naomi Klein, la incidencia del capitalismo sobre el clima y la Naturaleza lo cambia todo. Nada volverá a ser como antes, y sin embargo, seguimos como si nada.
El cambio climático, el destrozo de la vida, no son sólo los huracanes del Caribe retransmitidos en tiempo real. Lo tenemos aquí al lado, por todas partes, sin que ninguna cámara se digne a captarlo y difundirlo, lo gritan hasta las piedras, y no queremos enterarnos.
Voy a comenzar una serie de post en mi blog y las redes sociales. Basándome en trabajos de investigación que he llevado a cabo en la última década, mostraré la situación en que se encuentran pequeños espacios del agua de las cuencas medias de los ríos Júcar y Cabriel, aguas abajo de Contreras y Alarcón hasta Cofrentes, en las provincias de Albacete, Cuenca y Valencia. El agua como recurso esencial para la vida, que conforme es contaminado o “desaparece” de nuestro entorno inmediato, nos indica sin duda que algo estamos haciendo muy mal, que nuestro futuro debe preocuparnos.
Cuando no reconocemos nuestra propia tierra, la de nuestras abuelas, nos convertimos en extraños/as sin raíces allí donde hemos crecido, incapaces de comprender todo lo que la Naturaleza nos dice a voz en grito.
No pretendo ser exhaustivo. Tan solo busco acercar el conocimiento de multitud de fuentes, manantiales y tollos de nuestro entorno cercano al público en general, así como las actividades humanas que tradicionalmente se han desarrollado a partir de los mismos y los saberes populares destilados generación tras generación. Si bien en algunos casos, los menos, aún podemos disfrutar de un relativo buen estado ecológico y de conservación de los mismos, la mayor parte de las veces, desgraciadamente, contaremos historias de abandono y pérdida de un valiosísimo patrimonio natural y cultural. Hablaremos de lugares cada vez más inhóspitos para la humanidad, aquí al lado.
Walter Benjamin (1940) señalaba que no confiaba en nuevas revoluciones para cambiar el statu quo sobre la marcha. Por el contrario, apuntaba a que convendría tirar del freno de emergencia de la locomotora que nos lleva. Como el río de José Luis Sampedro "Todo estaba dispuesto, aunque nadie lo supiera, porque la vida no avisa..."
NOTA: Partiendo de los trabajos originales desarrollados entre los años 2005 y 2016, durante los próximos meses voy a visitar de nuevo los espacios del agua que ya fueron catalogados en su momento, determinando si en los últimos años su evolución ha sido positiva o negativa. Los trabajos de investigación de los que parte la presente actividad divulgativa los desarrollé junto a los/as siguientes compañeros/as: Rafael Molina Cantos, Margarita Melgoso, Fernando Pérez del Olmo, Miguel Ángel Fernández Graciani, Adela López González, José Manuel Garriga Perea, Pedro Camacho Ríos y Ximo Azorín Azpeitia. El acceso a los informes finales de los mismos puede realizarse a través de los siguientes enlaces:




















 
VIII.1.10. Archivo pdf del libro fuentes y tollos de Alcalá del Júcar 2014