martes, 5 de agosto de 2008

VIAJE A PETÉN (GUATEMALA) y III




21-7-2008
Esta mañana, nada más salir de casa, el vecino de enfrente, que es mecánico de vehículos, estaba arreglando un autobús amarillo, viejísimo. En el parabrisas, en el lado del conductor, 5 impactos de bala habían perforado el cristal. Alguien lo tuvo que pasar mal, y es que, en Guatemala, raro es el día que no se liquidan a un conductor de autobús o a su secretario (el cobrador), por parte de las maras (pandilleros) que les exigen el pago del impuesto revolucionario por llevar a cabo su actividad.

23-7-2008
Hoy ha sido un día muy especial. Estuvimos en Paso de Caballos, dentro de la Reserva Maya de la Biosfera “Laguna del Tigre”, en el municipio de San Andrés (Petén). El viaje toda una odisea. En un pick-up, botando todo el tiempo por un camino de tierra.
En el trayecto de ida, subimos a una señora y a uno de sus siete hijos, venía en la caja de atrás, junto a Abraham, Eddy y yo. Cuando el niño se puso a ronronear, se sacó la teta y empezó a chupar que era un gusto.
Al llegar a la aldea, fuimos al mismo nacimiento del río, donde las mujeres a un lado y los hombres a otro se bañaban, lavaban la ropa y por medio, un montón de guachos bañándose. El río estaba limpísimo, y un montón de niñas tomaban agua en cántaros de plástico que luego colocaban en equilibrio sobre su cabeza. En Paso de Caballos, la Pastoral Social ha colaborado en la instalación de depósitos de 4000 litros de agua en muchas casas, con el fin de recoger el agua de lluvia, de muy buena calidad y utilizarla para beber y cocinar, pues el agua abundante del río (con la que se asean), es muy dura y no es buena para beber y cocinar.
Todas las niñas preciosas y simpáticas, y cada una con un modelo de lo más vistoso. Les encanta verse luego en la pantalla de la cámara y se ponen a reír.
Javier mantiene una reunión con la gente de la comunidad. Resulta que hace unos 20 días hubo un gran despliegue de la Policía y el Ejército para desalojar a familias originarias de Paso Caballos, que habían ocupado tierras catalogadas como de la Reserva de la Biosfera Maya. Les destruyeron sus casitas precarias y quemaron todos sus enseres y víveres, y tuvieron que marcharse al monte. No tienen nada, sólo piden un poco de tierra donde cultivar, y desde la Pastoral les están echando una mano en las negociaciones con el Gobierno con el fin de que puedan tener una ubicación.
Lo más curioso es cuando vamos a una casa a cenar. Todo el camino a oscuras, ya que no hay distribución de luz eléctrica, y menos aún farolas. Nos ponen una mesa en el dormitorio común: una sopa de pollo con patata y tortillitas de maíz, así como refrescos. No hay luz, casi todo está a oscuras. Sólo cuando comenzamos a cenar conectan un generador de gasolina y se ilumina un poco la estancia y descubrimos dos camas con mosquiteras con dos guachos durmiendo en cada una, pero lo mejor es cuando veo una especie de fardel colgado del techo, del que salen unas piernecitas. Me acerco y veo un niño de no más de un año durmiendo desnudo dentro, y pienso: “Cuan diferentes son nuestros mundos, este niño se basta de una tela para ser envuelto al dormir o cuando su madre se lo echa a la espalda para llevarlo de un lado para otro, mientras en España requeriría: moisés, cuna, cuco, silla para el coche, sillita de paseo, sillita para la bicicleta, carro con capazo, hamaca, mochila para colgar, bañera, pañales….” A veces, las cosas pueden ser muy sencillas, y estos mayas quetchíes del norte de Guatemala saben mucho de eso.

25-7-2008
Hoy viernes comienzan las despedidas, pues ya el lunes no estaré por aquí. De todos echaré de menos su amabilidad, su sencillez,…me acogieron en su casa como si nada, y yo me sentí como en casa.
En el último paseo por la Candelaria, que acabo de dar, era la hora en que los hombres llegaban a casa de su trabajo, y se tumbaban en la hamaca o se sentaban en el sillón del salón cuando había. Otros muchos salen con sillas y se sientan en la puerta de la calle hasta el momento en que cae la noche, que todo queda desierto.
Las casas son muy humildes, muchas con paredes hechas de tablones de madera, rodeadas de aguas sucias por muchos lados, pero casi siempre con un patio amplio donde retozan cerdos, gallinas, patos,…La parcela suele tener unos 900 metros cuadrados de superficie. En muchos casos, en una misma casa, y sino contiguas, pueden vivir varias familias con mayor o menor grado de parentesco.
Uno no sabe si, cuando viene a estos mundos, buscamos algo o huimos de algo. Si queremos encontrar o queremos olvidar. Al final es una mezcla, es descubrir que hay otras muchas maneras de vivir dignamente, teniendo menos y compartiendo más, corriendo menos y saboreando más la tranquilidad, mirando la gente pasar por la calle y casi sin mirar la tele.

30-7-2008
(San Pedro Sacatepéquez, Departamento de San Marcos) A las 6,15 de la mañana vienen a recogernos para ir a la Comunidad de Nuevo Paraíso, en el municipio de Caterina, pues hoy se va a inaugurar el Centro de la Mujer, que a través de MECAPAL se ha financiado con los aportes de los Ayuntamientos de Casas Ibáñez, Fuentealbilla y Valdeganga, así como por la Asociación de Mujeres La Libertad de Las Pedroñeras. Pasamos de nuevo del fresco de San Pedro Sacatepéquez al calorcito de Nuevo Paraíso, a sudar otra vez. Llegamos a las 10 de la mañana mientras se está preparando el acto. Antes del comienzo aprovecho para darme una vuelta por las diferentes aulas de la escuela, y cada vez que asomo la cabeza por una de ellas, todos a coro me dicen: “Buenos días, pase adelante”, entonces yo les pregunto alguna cosa sobre las asignaturas que están recibiendo y me despido, a lo que a coro vuelven a contestar “Muchas gracias, que pase un buen día”. Así, hasta tres veces.
En el acto, los cuatro españoles subimos al estrado y nos toca recoger las diferentes placas y diplomas de reconocimiento que se entregan a las entidades españolas que han colaborado en la financiación. Muy ceremoniosos, comienzan con la subida de la bandera de Guatemala al escenario, y el canto del himno nacional. Finalizan con tres bailes típicos que interpretan los niños y niñas de la escuela.