Como algunos/as bien sabéis y otros/as bien imagináis, los
casi 20 días que han pasado desde que el pasado 8 de enero anuncié mi
candidatura a la Secretaría General de Podemos en Castilla-La Mancha, han sido muy
intensos en lo emocional y en el conocimiento directo que me ha permitido tener
de las personas y los grupos de gente que participan en Podemos en esta región.
El pasado día 24 de enero anuncié que retiraba mi
candidatura, después de haber participado en un proceso de organización y
votación interna de la iniciativa “Desde Abajo Podemos Castilla-La Mancha”.
Otra compañera fue la que mereció la confianza de la mayoría de la gente que
participó en la votación para elegir la Secretaría General. Y uno, que ya lleva
muchas votaciones como candidato a las espaldas, entiende y asume el mensaje de
las urnas con absoluta normalidad y tranquilidad, faltaba más. Lo digo una vez
más: creo y confío en los principios de horizontalidad, transparencia y
democracia que defiende “Desde Abajo Podemos”.
Ahora bien, como en cualquier aspecto de la vida donde uno
participa, toca aprender lecciones y compartir reflexiones con los/as demás,
con la esperanza de que sirvan tanto para confirmar las percepciones que puedan
tener otras personas como para caer en la cuenta de posibles prácticas
indeseables a la hora de construir una nueva formación política. Lo más
importante: lo que aquí escribo no tiene la más mínima intención de dañar a las
gentes de Podemos (entre las que me incluyo). Todo lo contrario, creo que no se puede hacer mayor favor a
un colectivo que plantear pública y respetuosamente puntos de vista alternativos
y/o críticos con su forma de organizarse y actuar.
Los caminos son lugares para la poesía, las personas y los
principios. Las hojas de ruta, en cambio, las trazan calculadores/as y estrategas.
Creo que si calculamos y “controlamos” todo, es que no nos hemos enterado de
nada. Por eso yo prefiero los caminos:
-
aunque a veces no lleven a ninguna parte, y
toque dar media vuelta;
-
aunque a veces se acaben y toque atravesar
bancales, cerros y regueros hasta encontrar nuevas pistas;
-
porque te permiten descubrir con quién quieres
seguir caminando, y de quién debes despedirte en la próxima bifurcación;
-
que pronto se han de convertir en las estelas
del poeta, para que no les sirvan a los demás, obligándoles a buscar los suyos
propios;
-
porque ni quiero ni necesito líderes para seguir
avanzando, tan solo gente del pueblo;
-
porque sus piedras, sus charcos y sus curvas me
ayudan a crecer como persona.
Nada nuevo sentimos las personas de hoy que no hayan sentido
nuestros antepasados. Aprendemos siempre que miramos y prestamos atención. Nos
volvemos zoquetes y sectarios/as cuando ignoramos y despreciamos a la gente por
el simple hecho de tener un pasado diferente al nuestro. Lo importante del
pasado de cada uno/a no es dónde hemos estado, sino qué hemos hecho allá donde
hemos estado. Sin olvidar que la “pureza” en cuanto a la implicación social y
política suele ser estéril en resultados.