Belém do Pará (Brasil)
Viernes, 30 de enero de 2009
El Foro Social Mundial también entra por los ojos. Os voy a contar la gente que pasa por delante de mí, sentado a la sobra en el Campus de la Universidad Federal Rural de la Amazonía.
El primero es un francés de bigote mostacho y gafas. De unos 50 años. Con pantalón corto y sandalias, que comienza a colocarse un impermeable verde oscuro, ya que comienzan a caer las primeras gotas de la lluvia de la tarde.
Por allá viene una chica de unos 18 años que parece brasileira. Grandes pendientes rojos a juego con sus zapatillas. Camiseta de tirantes amarilla y bermudas a cuadros grises y verdes.
Ahora se trata de un chico mulato, brasileiro, de 25 años, con calcetines blancos y zapatillas deportivas, con una camiseta negra que lleva impreso un rótulo contra el trabajo esclavo.
Este es un chico de unos 30 años, sin camisa, mochila negra, sombrero de paja, pantalones cortos y chanclas.
Un vendedor ambulante de refrescos y helados, con una nevera azul de corcho artificial al hombro. Su camiseta también es azul, y lleva pantalones vaqueros largos y chanclas. Es mulato y tendrá 30 años.
Una chica mulata de unos 25 años, con un gorro de punto multicolor, corpiño verde, pantalones largos ajustados y chanclas.
Limpiadora de unos 35 años, con dos escobas al hombro, gorro de ala ancha, camiseta blanca, pantalón largo gris, botas de trabajo y guantes azules colgados del bolsillo trasero del pantalón.
Pareja de unos 75 años, centroeuropeos, pelo cano, muy delgados, ambos con gafas, moviéndose ágilmente de aquí para allá.
Y por último, estos que aparecen en la foto. Un grupo de jóvenes anarquistas que se manifiestan al grito de “Destruir, construir, ocupar y decidir”.
Toda esta gente tiene en común dos cosas. La primera es que todas llevan cruzada sobre su pecho o colgada al hombro una bolsa de tela color beige que proporcionaban en el momento de la inscripción en el Foro, con multitud de motivos decorativos diferentes, que simboliza la diversidad como seña de identidad y valor en sí mismo. La segunda, es que se juntan para convivir e intercambiar sus experiencias…justo lo contrario de la reunión de los ricos en Davos (Suiza), donde todos son iguales, tienen los mismos intereses y proponen las mismas cosas.
1 comentario:
Preguntas diabólicas para Goyo: ¿la diversidad y pluralidad no requiere más esfuerzos para producir propuestas operativas que el monolitismo del pensamiento único?
¿Cómo hacer que la diversidad, aparte de un valor en sí, tenga capacidad de transformación?
La entropía es cosa maliciosa para los "buenos", beneficiosa para los "malos".
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