Tras la reunión del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo y del Consejo de la UE de los días 8 y 9 de diciembre de 2011, continuar dentro de la moneda común sólo traerá más desigualdades y fracturas sociales
Hay quienes dicen que una salida del euro de España en el contexto de la actual crisis sería un desastre. Sin embargo, los/as que así se manifiestan no suelen calificar de desastre lo que YA está aconteciendo como consecuencia de seguir aferrados a toda costa al euro y a sus reglas: las nulas esperanzas de millones de trabajadores/as de encontrar un empleo, la quiebra generalizada de administraciones públicas y los servicios que hasta ahora venían prestando, el miedo creciente de la gente a su futuro inmediato, el poder absoluto de los magnates de las finanzas gracias a la connivencia de políticos cómplices, el aumento de la represión policial para frenar las ansias de ciudadanía de la gente indignada, el pisoteo de derechos sociales porque la estabilidad presupuestaria se impone a las personas,...
Toda esta cruda realidad se ha gestado, ha irrumpido y se está propagando gracias a una moneda única pensada y estructurada para mayor gloria de los bancos. Límites estrictos al déficit público y a la manera de financiarlo exclusivamente a través de los bancos privados y fondos de inversión especulativos. Un Banco Central Europeo (BCE) que se abre de par en par y ofrece créditos en barra libre a estos mismos bancos, mientras que se cierra a cal y canto a la hora de facilitar financiación a la economía real: pequeñas empresas, familias y administraciones públicas. Instituciones de la Unión Europea que, de acuerdo con su tradición de mercaderes más mezquina, no quieren ni oír hablar de fiscalidad justa ni de políticas redistributivas que permitan reforzar la solidaridad e invertir las vergonzosas desigualdades sociales.
Así, después de los resultados decepcionantes del Consejo de Gobierno del BCE y del Consejo de la UE, aliñados con los flirteos de ambas instituciones con el Fondo Monetario Internacional, la agonía del euro se prolonga, y se lastran con ruedas de molino las esperanzas de quienes más están sufriendo las consecuencias de la crisis. Por ello, ante este panorama desolador, cualquier alternativa se presenta como digna de estudio y de posible aplicación.
Salir del euro implica, sobre todo, recuperar instrumentos de política económica que tradicionalmente tenían los estados de la UE, y de los que hoy incluso siguen disponiendo EE.UU, Reino Unido, China y la mayor parte de los estados del mundo. Me refiero a utilizar la política monetaria y financiera para favorecer la consecución de objetivos como el impulso de la actividad económica dirigida a satisfacer las necesidades básicas de la ciudadanía (vía tipos de interés y tipos de cambio). También pasa por recuperar el control ciudadano de los mercados financieros y de las instituciones que operan en ellos, avanzando en el impulso y consolidación de una banca pública y cooperativa que atienda con criterios sociales aquellos ámbitos básicos de la vida que la banca privada deja de lado o bien atiende con criterios de usura.
Salir del euro implica, expulsar (bueno, saldrán ellos solos en estampida) a todos los capitales especulativos que ante el temor de una devaluación de la nueva peseta, buscarán evitar una pérdida patrimonial. Perfecto. Una vez que hayan salido, no hay que dejarles entrar de nuevo. Hay que imponer férreos controles de movimientos de capital para evitar que la especulación continúe con sus estragos, teniendo claro que ello (los controles de capital) fue la norma en todos los países desde el final de la II Guerra Mundial hasta los años 80 del siglo XX, en que el pensamiento único neoliberal puso precio a todo, de la mano de legislaciones desreguladoras y liberalizadoras, que favorecieron la concentración del poder y la privatización y desmantelamiento de lo público.
Salir del euro implica, reconocer la falacia y la inviabilidad del crecimiento económico como solución a los males sociales y ambientales de nuestras sociedades. Frente a un mercado global y un mundo en venta, es preciso apostar por relaciones sociales y económicas de cercanía donde, superado cierto nivel básico, más producción y consumo no es mejor. En definitiva, desenmascarar el mito del crecimiento económico y comenzar a transitar por las sendas que nos propone “el decrecimiento” y/o “el buen vivir”. De las dos funciones básicas del dinero, medio de cambio y depósito de valor, sólo debería protegerse la primera, y la segunda, ligada a la acumulación de riqueza y a la especulación financiera, debería restringirse severamente.
Salir del euro implica, rechazar la pertenencia a un club de países que se rige mediante normas fijadas por los grandes lobbies empresariales y financieros, donde dos estados marcan la estela a seguir y el resto aprueba acríticamente. Y si a algún gobierno se le ocurre cuestionarlas, se ejecuta un golpe de estado a partes iguales entre especuladores e instituciones económicas internacionales, y se ponen en el poder un grupo de “tecnócratas” bien adiestrados, con una amplia experiencia al servicio de la bestia financiera.
Salir del euro implica, tomar las riendas de nuestro propio destino. Asumir que se va a producir un fuerte choque con colapso incluido (en línea con el que ya está teniendo lugar), pero que podemos aprovechar el momento para impulsar de raíz un cambio de envergadura, no cosmético, en línea con la profundidad y la gravedad de la crisis sistémica en la que estamos inmersos.
Pero como cabe pensar que el próximo gobierno del PP no se va a sumar al cambio al que invitan estas propuestas, y además no hay tiempo que perder, toca a la gente, organizada en pequeñas comunidades, comenzar a vivir de otra manera. Sin perder de vista lo que ocurre en las altas instancias de gobierno, sin dejar de luchar en la calle por cambios globales, pero comenzando ya a transformar lo más cercano, lo local, comenzando por nosotros/as mismos/as, uniendo inquietudes y respuestas. No hay excusa. La desunión en estos momentos es un lujo que sólo podrían permitirse los ricos, y ni ellos la practican.
Hay quienes dicen que una salida del euro de España en el contexto de la actual crisis sería un desastre. Sin embargo, los/as que así se manifiestan no suelen calificar de desastre lo que YA está aconteciendo como consecuencia de seguir aferrados a toda costa al euro y a sus reglas: las nulas esperanzas de millones de trabajadores/as de encontrar un empleo, la quiebra generalizada de administraciones públicas y los servicios que hasta ahora venían prestando, el miedo creciente de la gente a su futuro inmediato, el poder absoluto de los magnates de las finanzas gracias a la connivencia de políticos cómplices, el aumento de la represión policial para frenar las ansias de ciudadanía de la gente indignada, el pisoteo de derechos sociales porque la estabilidad presupuestaria se impone a las personas,...
Toda esta cruda realidad se ha gestado, ha irrumpido y se está propagando gracias a una moneda única pensada y estructurada para mayor gloria de los bancos. Límites estrictos al déficit público y a la manera de financiarlo exclusivamente a través de los bancos privados y fondos de inversión especulativos. Un Banco Central Europeo (BCE) que se abre de par en par y ofrece créditos en barra libre a estos mismos bancos, mientras que se cierra a cal y canto a la hora de facilitar financiación a la economía real: pequeñas empresas, familias y administraciones públicas. Instituciones de la Unión Europea que, de acuerdo con su tradición de mercaderes más mezquina, no quieren ni oír hablar de fiscalidad justa ni de políticas redistributivas que permitan reforzar la solidaridad e invertir las vergonzosas desigualdades sociales.
Así, después de los resultados decepcionantes del Consejo de Gobierno del BCE y del Consejo de la UE, aliñados con los flirteos de ambas instituciones con el Fondo Monetario Internacional, la agonía del euro se prolonga, y se lastran con ruedas de molino las esperanzas de quienes más están sufriendo las consecuencias de la crisis. Por ello, ante este panorama desolador, cualquier alternativa se presenta como digna de estudio y de posible aplicación.
Salir del euro implica, sobre todo, recuperar instrumentos de política económica que tradicionalmente tenían los estados de la UE, y de los que hoy incluso siguen disponiendo EE.UU, Reino Unido, China y la mayor parte de los estados del mundo. Me refiero a utilizar la política monetaria y financiera para favorecer la consecución de objetivos como el impulso de la actividad económica dirigida a satisfacer las necesidades básicas de la ciudadanía (vía tipos de interés y tipos de cambio). También pasa por recuperar el control ciudadano de los mercados financieros y de las instituciones que operan en ellos, avanzando en el impulso y consolidación de una banca pública y cooperativa que atienda con criterios sociales aquellos ámbitos básicos de la vida que la banca privada deja de lado o bien atiende con criterios de usura.
Salir del euro implica, expulsar (bueno, saldrán ellos solos en estampida) a todos los capitales especulativos que ante el temor de una devaluación de la nueva peseta, buscarán evitar una pérdida patrimonial. Perfecto. Una vez que hayan salido, no hay que dejarles entrar de nuevo. Hay que imponer férreos controles de movimientos de capital para evitar que la especulación continúe con sus estragos, teniendo claro que ello (los controles de capital) fue la norma en todos los países desde el final de la II Guerra Mundial hasta los años 80 del siglo XX, en que el pensamiento único neoliberal puso precio a todo, de la mano de legislaciones desreguladoras y liberalizadoras, que favorecieron la concentración del poder y la privatización y desmantelamiento de lo público.
Salir del euro implica, reconocer la falacia y la inviabilidad del crecimiento económico como solución a los males sociales y ambientales de nuestras sociedades. Frente a un mercado global y un mundo en venta, es preciso apostar por relaciones sociales y económicas de cercanía donde, superado cierto nivel básico, más producción y consumo no es mejor. En definitiva, desenmascarar el mito del crecimiento económico y comenzar a transitar por las sendas que nos propone “el decrecimiento” y/o “el buen vivir”. De las dos funciones básicas del dinero, medio de cambio y depósito de valor, sólo debería protegerse la primera, y la segunda, ligada a la acumulación de riqueza y a la especulación financiera, debería restringirse severamente.
Salir del euro implica, rechazar la pertenencia a un club de países que se rige mediante normas fijadas por los grandes lobbies empresariales y financieros, donde dos estados marcan la estela a seguir y el resto aprueba acríticamente. Y si a algún gobierno se le ocurre cuestionarlas, se ejecuta un golpe de estado a partes iguales entre especuladores e instituciones económicas internacionales, y se ponen en el poder un grupo de “tecnócratas” bien adiestrados, con una amplia experiencia al servicio de la bestia financiera.
Salir del euro implica, tomar las riendas de nuestro propio destino. Asumir que se va a producir un fuerte choque con colapso incluido (en línea con el que ya está teniendo lugar), pero que podemos aprovechar el momento para impulsar de raíz un cambio de envergadura, no cosmético, en línea con la profundidad y la gravedad de la crisis sistémica en la que estamos inmersos.
Pero como cabe pensar que el próximo gobierno del PP no se va a sumar al cambio al que invitan estas propuestas, y además no hay tiempo que perder, toca a la gente, organizada en pequeñas comunidades, comenzar a vivir de otra manera. Sin perder de vista lo que ocurre en las altas instancias de gobierno, sin dejar de luchar en la calle por cambios globales, pero comenzando ya a transformar lo más cercano, lo local, comenzando por nosotros/as mismos/as, uniendo inquietudes y respuestas. No hay excusa. La desunión en estos momentos es un lujo que sólo podrían permitirse los ricos, y ni ellos la practican.
10 comentarios:
Esta reflexión a la cual nos invitas (gracias por ello) me hace recordar un chiste el cual acababa con una pregunta: ¿que te pides, susto o muerte?.
Si ni fuese por el último punto en el cual explicas las graves consecuencias que traería la salida de la moneda, todo parece perfecto, pero hasta teniendo éste en cuenta me atrevo a preguntar: ¿no estamos inmersos ya en un gran choque?, el colapso ¿no es ya evidente?.
Como ciudadana de este país tengo la sensación de que lejos de sentirme en una situación, de que "ni pa´tras, ni pa´lante", vamos hacia una sociedad maniatada, con poco poder de decisión individual ni colectivo aunque este sea afín en ideas, marionetas por obligación bajo unos dirigentes sobrados en despotismo y prepotencia, la sensación de que por encima de mi hay un algo que no deja realizarme (en todo lo que ese verbo implica) siendo consecuente y coherente a mis principios. Aquí ya no hay más principios que los que se nos impongan, ya no hay más pensamientos ni reflexiones que los de ese "algo".
Por lo tanto, ¿Qué sería más grave?: crear una nueva forma de vida, o morir, en el mejor de los casos, intentándolo, y en el peor como seres aborregados siendo conscientes de ello?..... que horrible no?, y que absurdo y grave llega a resultar todo este tinglao en el que estamos metidos.
Un abrazo,
josefa
Volver a la peseta sería la solución para salirnos de esta trampa, por qué lo que no hay duda a estas alturas, es que detrás de toda esta desgracia económica hay gente que nos están engañando para adueñarse de todo. Volver a la peseta sería la solución si fuéramos autosuficientes en recursos, pero con la enorme dependencia que tenemos del petroleo, Y teniendo en cuenta que la mafía planetaria tiene control sobre este recurso, y la dificultad de acuñar una moneda con reconocido valor en los mercados internacionales, pues en la era Solves, previo a esta crisis, y poquito antes de la escalada del valor del oro, vendieron más de la mitad del oro de nuestra reservas, BCE, supongo que en previsión de que alguien se quiera salir del euro cuando nos diéramos cuenta de la macroestafa, de los planes diabólicos y perfectamente diseñados que se llevaba la élite con la moneda única.
El caso, que el problema que tenemos no es solo económico, y en cualquier caso para soluciones de este tipo me parece que hemos llegado tarde, pues esto está fundamentado en un plan global más amplio de instaurar un Nuevo Orden Mundial, y aquí la cosa puede que esté bastante mas fea.
Ciertamente estamos en una situación complicada. La autentica dimensión de la amenaza en realidad la desconocemos, ya daría por bueno que todas estas maniobras que estamos viendo de control económico y geopolítico fuera para instaurar un gobierno mundial si solo fuera con el propósito de tener el control y preservarse de este modo su hegemonía ante el imparable despertar de la sociedad en los último tiempos, que en pocas décadas harían imposible una gobernación basada en la mentira, como hasta ahora. Ya daría por bueno, a estas alturas, un gobierno de este tipo, que si te portas bien te permitiese vivir mas o menos, como ocurre en algunas dictaduras mas tolerantes, pero me temo que no son esos los planes de esta banda de satanistas, más bien, es un dictadura al más puro estilo nazi en lo que están pensando, con un objetivo muy claro, y que no se esconden de decirlo, la reducción de la mayor parte de la población mundial y esclavizar el resto. Si en la segunda guerra mundial murieron unos 18 millones de personas, y ahora en los planes de la élite esta reducir la población entre un 80 o 90 por cien, nos podemos imaginar que sobramos unos 5.000 millones. La dimensión del genocidio es inconcebible, y quizás esa tan colosal monstruosidad, lo hace que la gente no se lo crea en modo alguno. Más que el blanco inmediato, al menos los que les suponemos una amenaza para sus planes es la población occidental, pues somo los que estamos despertando más rápidamente y los únicos que les podemos hacer peligrar sus planes.
(continùa abajo)
Evidentemente no estamos despertando a la suficiente velocidad como para que pueda ser una amenaza para sus planes, y ellos están yendo muy por delante en sus objetivos, con una tecnología muy eficiente y muy poderosa, y a pesar de la gran información que hoy disponemos de todas estas intenciones y maniobras ocultas, todavía llevan muy bien engañada a la sociedades occidentales. En verdad vamos conducidos como corderitos, y no se hasta que punto a estas alturas, si la gente fuese consciente de la realidad, si se podría hacer algo que pudiese ser efectivo para contrarrestar estos planes. No lo sé, pero lo que si es cierto que cuando sea evidente para todos el peligro, y digamos de reaccionar, pocas cosas nos quedará sino salir corriendo, huyendo …bueno, si tenemos a donde huir. Lo único que nos resta hacer es prevenir que no nos pilles aglutinados, concentrados. Para ellos es más fácil manejarnos y liquidarnos si estamos concentrados, como en manada, por eso es importante estar dispersos. Las grandes ciudades son como enormes ratonera, es muy sencillo para ellos someternos o liquidarnos en esas grande concentraciones humana. Tanto si se disponen a utilizar medidas estratégicas de estrangulamiento en el suministro alimentarios, por ejemplo, con el corte del suministro energético con el petroleo, cosa que llevaría al enfrentamiento entre nosotros por la escasez de recursos, como si eligiesen en un extremo un ataque bacteriológico o nuclear, en las grandes ciudades son muy efectivas esas acciones. Por eso se debería dispersar la gente hacia las zonas rurales, pero como eso es imposible plantearlo ahora, por que nadie se cree estas cosas, tener al menos preparada esa opción ante un posible éxodo desde la ciudades.
Dejo un video sobre un mensaje que ha dado el presidente ruso a su nación, y que se ha divulgado por el gobierno ruso en versión inglesa, por Internet. Esta escalada en la tensión entre las potencias en otro época se podría haber interpretando como una forma de sembrar el temor en la población para justificar gastos militares y dedicar grandes partidas presupuestarias para estos menesteres, pero me temo que ahora no es esa la intención de fondo, el hecho mismo que no se haya dado en los noticiarios de los diferentes países es evidencia que no va en la linea de justificar inversión militar como ocurría en la guerra fría.
http://www.youtube.com/watch?v=K8ncoM_p_1w&feature=player_embedded#!
http://mundodesconocido.com/WordPress/?cat=36
http://www.youtube.com/watch?v=k1_HuW7d70Q&feature=player_embedded
http://www.youtube.com/watch?v=6ddlb1J6LmQ&feature=player_embedded&noredirect=1
Hola:
Leo en El País de ayer lo siguiente:
"Con todo, el bloqueo de depósitos o la restricción para disponer de fondos sería una broma infantil comparada con el efecto devastador que tendría la desaparición del euro y la conversión obligatoria de nuestros ahorros a pesetas (o a la nueva divisa nacional que se designara). Eso es exactamente lo que lo ocurrió en Argentina. El corralito, decretado el 3 de diciembre de 2001, impedía que los depositantes sacaran más de 250 dólares por semana, pero sus ahorros seguían estando allí. Un año después, llegó el corralón, con la derogación de la convertibilidad automática entre peso y dólar (relación 1 a 1), lo que produjo una devaluación de la moneda nacional y el empobrecimiento general de los ahorradores.
Si se reprodujera ese escenario en España, que casi todos coinciden en calificar como remoto -pero, insisto, no imposible-, los depósitos y las deudas pasarían a denominarse automáticamente en pesetas pero con una pérdida general de valor. Los últimos informes de UBS y Citigroup estiman que una reintroducción del dracma, la peseta o la lira conllevarían una devaluación de entre el 40% y el 60%, es decir, que de golpe los depositantes perderían en torno la mitad de sus ahorros."
¿Tú crees que esta noticia, que con la salida de España del euro perdiésemos la mitad del valor de nuestros ahorros, es tal y como nos la cuentan? ¿Nuestra salida del euro supondría perder el 50% de nuestro dinero?
Un saludo.
El "post" es muy bonito pero utópico...
Continuo sin ver como salir del EURO puede ayudar a "las nulas esperanzas de millones de trabajadores/as de encontrar un empleo, la quiebra generalizada de administraciones públicas y los servicios que hasta ahora venían prestando, el miedo creciente de la gente a su futuro inmediato"...
¿No podemos hacer eso "estando" en el EURO...??
Buenos días Sr.
Me llamo Jorge Filatov. Soy productor de la cadena rusa internacional RT departamento español. A nosotros nos gustaron y interesaron mucho sus artículos en diferentes sitio. Nosotros quisiéremos hacer una entrevista con Usted. Podría Ud escribir para mi correo gafilatov@rttv.ru , georgefilatov@gmail.com
Lo que sí es un atropello (mucho peor que la "represión policial" indicada por la consigna doctrinaria) es que los citados "derechos sociales" que, precisamente, los que ayudamos a sostenerlos con nuestros onerosos impuestos, jamás vemos satisfacer nuestras aspiraciones, hayan sido los culpables de nuestro actual estado de paupérrima derrota y la trampa en la que nos hacen caer desde el principio de los tiempos los que, sin embargo, sacan buena tajada de esta invención y, encima, se permiten decirnos cómo debemos vivir, qué debemos consumir y que escenario (ambiental, social o económico) debemos construir. La gente..., el currante de a pié que se marea con estas cifras y estos alegatos ultra-planetarios pretendidamente científicos lo que quiere es: primero, la libertad suficiente para que le dejen en paz todos esos listillos que idean mundos en los que él sólo sería un mero figurante; segundo: otra vez, mucha libertad y tercero: libertad de elegir entre un buen montón de oportunidades que sólo un sistema escasamente intervenido por pensadores, popes de la economía planificada y vividores del esfuerzo ajeno es y ha sido capaz de generar. Nuestro actual hundimiento viene, precisamente, de las falsas expectativas creadas por esos constructores progres de mundos de yupi que nada tienen que ver con el real y peligroso mundo que habitamos. Los paraísos exigen sacrificio constante y valor para defenderlos. Nos ha faltado valor y capacidad de sacrificio. Nos han sobrado granas de dejarnos embaucar. Ni los tipos de las multinacionales y bancos son marcianos sedientos de sangre proletaria, ni estos profetas de la salvación neo-socialista, tipo ZP, son un ejemplo a seguir.
Pero me dejo lo más importante: desde el punto de vista de la Historia de la Humanidad, el crecimiento económico constante que tú afirmas ser un concepto falaz (no sé en qué prueba fehaciente te basas)es lo que, precisamente, a lo largo de la dura Historia ha permitido a los esclavos convertirse en ciudadanos con derechos y oportunidades reales (y legítimas) de prosperar. Entiendo que por esto mismo os dé miedo que la gente prospere: el deseo de prosperar materialmente rompe muchas cadenas y despierta mentalidades. Los que durante años y años nos habéis intentado ocultar esta realidad histórica por ver de no violentar vuestras doctrinas visionarias, entiendo que ahora sintáis pánico al nuevo mundo que se nos abre. Los derechos sociales son un invento de países ricos como los escandinavos que mucho antes tuvieron su espectacular revolución industrial y un crecimiento sostenido en el tiempo, en el seno de sociedades muy compactas y disciplinadas. No existen los derechos sociales: es sólo una entelequia fruto de abstrusas concepciones sobre modelos de sociedad que fracasan y se hunden a ojos vista. Lo que existe de verdad son los derechos individuales, de las personas como tales en su dignidad, su libertad y su derecho a ser tratados por la ley en absoluta y exquisita igualdad entre todos los ciudadanos, sean ricos, pobres, listos, estúpidos, de color, musulmanes o animistas...Pensar hoy en sociedades igualitarias es volver al 1984 de George Orwell, que fue Brigadista Internacional aquí en ESPAÑA y después tuvo que escribir, asqueado, Rebelión en La Granja, donde los cerdos fueron mucho más crueles y opresores que los antiguos amos. La masa de proletarios (si alguna vez existió tal y como se concibe desde el marxismo) ya no está con vosotros, que sois una especie de élite autoproclamada que, sin embargo, vive muy bien. Lo tenéis muy difícil ya para concitar un mínimo de adhesión: ni siquiera los del 15-M (los que más que indignados, se trocan en motivo de indignación por parte del ciudadano respetuoso) son ya aquellos curtidos revolucionarios seccionadores de cabezas y pelotón de fusilamiento que el marxismo tuvo a bien producir con el resultado que ya todos conocemos.
Para SUS_SCROFA:
Para SUS_SCROFA: Es increíble cómo vosotros los ultra-liberales le dáis la vuelta a la realidad y os quedáis tan panchos. Que sepas (que ya lo sabes, claro) que la mierda que nos llega hasta las cejas es producto de vuestra "preocupación" por "nuestra" libertad individual. Lo que ocurre y a ocurrido es que esa libertad con la que tanto os llenáis la boca los ultra-liberales, sólo os gusta aplicarla en los parqués financieros, en los pelotazos inmobiliarios y en vuestras empresas, es decir, allá donde jugáis con vuestros millones "en libertad" absoluta. Suerte que hay libros de historia, como por ejemplo "Por el bién del Imperio" de Josep Fontana, en los que la verdad aflora de una forma tan cegadora que hasta las más tétricas sombras de las que vosotros los ultra-liberales os alimentáis, quedan al descubierto para siempre. Sea como sea, tú, que crees en el crecimiento económico constante e infinito, serás pasto del decrecimiento. No es economía, es simple física.
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