Belém do Pará (Brasil)
Lunes, 26 de enero de 2009
Para quienes creemos y queremos otro mundo posible, es muy importante saber qué piensan y qué hacen otras personas y colectivos que tienen similares objetivos a los nuestros. En un mundo absolutamente interconectado, nuestra acción estratégica necesariamente debe tener en cuenta lo anterior.
Para quienes buscan signos de esperanza a su alrededor, donde agarrarse para dar sentido a sus luchas y renovar las energías, acontecimientos como los Foros Sociales Mundiales o locales son especialmente útiles para ver como estos mismos objetivos son planteados y vividos por otras personas y movimientos. Pues seguro que la perspectiva, la profundidad y el ritmo de cada uno de ellos es bien distinto.
Siempre que vengo a América, me hago acompañar por libros que me cuenten la vida, los dolores y la forma de ser de esta tierra y sus gentes. Ya he devorado en tierras americanas “El amor en los tiempos del cólera” (sobre mi querida Colombia), “Tirano Banderas”, “La fiesta del chivo”…Esta vez comparto viaje con “El siglo del viento”, último libro de la trilogía “Memoria del fuego” de Eduardo Galeano, imprescindible para quienes deseen conocer la historia de la violencia, la infamia y la dignidad en esta tierra absolutamente desgarrada desde siempre por la codicia sin freno.
Dentro de este libro, especialmente desconcertante se nos muestra la manera en que Pancho Villa y Emiliano Zapata entran en 1915 en la Ciudad de México después de varios años de revueltas comunitarias contra la oligarquía terrateniente de México. Cuando llegan al Palacio Nacional, anteriormente ocupado por el derrocado Porfirio Díaz, se dicen: “Este rancho es muy grande para nosotros” y al cabo de unos días se despiden de esta ciudad después de haber descubierto y ocupado el centro del poder por unos días. Vuelve Zapata a su región y liquida los latifundios, nacionaliza los ingenios azucareros, devuelve a las comunidades indígenas las tierras robadas y refunda la democracia local en la que se discute y decide en asamblea. Y lo más radical: queda prohibido vender tierra o alquilarla. Cuatro años más tarde, Zapata es traicionado, asesinado y sus reformas locales desmanteladas.
Os lo cuento porque me ha parecido romántico…
Para quienes creemos y queremos otro mundo posible, es muy importante saber qué piensan y qué hacen otras personas y colectivos que tienen similares objetivos a los nuestros. En un mundo absolutamente interconectado, nuestra acción estratégica necesariamente debe tener en cuenta lo anterior.
Para quienes buscan signos de esperanza a su alrededor, donde agarrarse para dar sentido a sus luchas y renovar las energías, acontecimientos como los Foros Sociales Mundiales o locales son especialmente útiles para ver como estos mismos objetivos son planteados y vividos por otras personas y movimientos. Pues seguro que la perspectiva, la profundidad y el ritmo de cada uno de ellos es bien distinto.
Siempre que vengo a América, me hago acompañar por libros que me cuenten la vida, los dolores y la forma de ser de esta tierra y sus gentes. Ya he devorado en tierras americanas “El amor en los tiempos del cólera” (sobre mi querida Colombia), “Tirano Banderas”, “La fiesta del chivo”…Esta vez comparto viaje con “El siglo del viento”, último libro de la trilogía “Memoria del fuego” de Eduardo Galeano, imprescindible para quienes deseen conocer la historia de la violencia, la infamia y la dignidad en esta tierra absolutamente desgarrada desde siempre por la codicia sin freno.
Dentro de este libro, especialmente desconcertante se nos muestra la manera en que Pancho Villa y Emiliano Zapata entran en 1915 en la Ciudad de México después de varios años de revueltas comunitarias contra la oligarquía terrateniente de México. Cuando llegan al Palacio Nacional, anteriormente ocupado por el derrocado Porfirio Díaz, se dicen: “Este rancho es muy grande para nosotros” y al cabo de unos días se despiden de esta ciudad después de haber descubierto y ocupado el centro del poder por unos días. Vuelve Zapata a su región y liquida los latifundios, nacionaliza los ingenios azucareros, devuelve a las comunidades indígenas las tierras robadas y refunda la democracia local en la que se discute y decide en asamblea. Y lo más radical: queda prohibido vender tierra o alquilarla. Cuatro años más tarde, Zapata es traicionado, asesinado y sus reformas locales desmanteladas.
Os lo cuento porque me ha parecido romántico…
1 comentario:
El final de esta historia es menos romántica. No sólo se asesina a los principales caudillos (Villa y Zapata), el país entra en una serie de conflictos cruentos, no disociables de la rapiña de las potencias europeas y norteamericana (cf. La guerra secreta en México, de F. Katz) que dura casi dos décadas, con guerra cristera incluida (Estado - Iglesia). Al final, llega Lázaro Cárdenas al poder (años 30), un militar populista y visionario, y termina creando el paradójio "Partido Revolucionario Institucional", una fuerza política que pretendía aglutinar los intereses de las diferentes clases populares y ejercer el poder. Pero éste, siguiendo la tradición novohispana desde la época precortesiana, termina convirtiéndose en una elite de poder que sirve a sus propios intereses y no al de las clases a las que dice representar. El "último PRI", el de Salinas (años 90), entrega el país a los neocon mexicanos y estadounidenses. Su amigo, Carlos Slim, que apareció en escena de la mano de Salinas siendo sólo un "inteligente" hombre de negocios, es hoy la persona más rica del mundo. Larga y triste historia.
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