lunes, 14 de julio de 2008

VIAJE A PETÉN (GUATEMALA) I

Entre el 1 y el 31 de julio de 2008, gracias a una beca de la Universidad de Castilla-La Mancha, andaré por San Benito (Petén, Guatemala), conociendo cómo trabaja la Pastoral Social del Vicariato Apostólico de Petén (VAP) en temas como la Justicia y la Seguridad, o mejor dicho como lucha contra la injusticia y la violencia que campean a sus anchas por acá. En los próximos días voy a mostrar algunos pasajes de mi diario, sobre aquello que más me ha impresionado e interpelado.
1-7-2008
Ahora que tengo un ratito os cuento cómo me va por Guatemala. Tardé 37 horas (1 día y medio) en llegar a mi destino.
Salida de Casas Ibáñez a Albacete. Martes 1 de julio a la 1 de la madrugada.
Salida de Albacete al Aeropuerto de Madrid, el martes 1 de julio a las 3 de la madrugada. Llegada a las 7 de la mañana.
Salida del avión de Madrid a Guatemala el martes 1 de julio a la 1 de la tarde. Llegada a las 3,30 horas de Guatemala (11,30 de la noche en España).
Salida del autobús de Guatemala a Petén (donde voy a vivir) a las 9 de la noche, llegada a Petén a las 6 de la mañana del día 2 de julio (2 de la tarde en España).
3-7-2008
Participamos en una reunión de formación sobre el concepto de desarrollo en la Doctrina Social de la Iglesia, y me quedo con la siguiente cita de la encíclica de 1965, Gaudium et Spes (Los gozos y las esperanzas). Trata sobre la relación de la iglesia con el mundo. El desarrollo, sólo puede llamarse de esta manera si desarrolla toda la persona, la persona integral (aspectos materiales, morales, religiosos, intelectuales). Y segundo, que toque a todas las personas, que no queden excluidos/as. Siempre hay que pensar en el desarrollo de toda y todas las personas. El desarrollo más humano requiere del espíritu de pobreza, que no de miseria. La avaricia es la forma más evidente de un subdesarrollo moral.
4-7-2008
Participamos en una reunión de coordinación del equipo pastoral del vicariato y se plantean las siguientes cuestiones.
La opción por los pobres está dentro, implícita, a todos los que desean seguir a Jesús. No se puede tratar por igual a los que no son iguales. Nuestra opción debe ser por los de abajo, “para enriquecernos con su pobreza”. La pobreza, la renuncia voluntaria al exceso de bienes materiales, nos enriquece porque rompe ataduras y favorece una mejor distribución de los bienes entre todos los seres humanos. Si no acumulamos, favorecemos el acceso de todos a lo básico.
5-7-2008
Ya llegué a la casa de las Hermanas de la Sagrada Familia en el barrio de La Candelaria, donde viviré este tiempo. Muy humilde la casa, en un barrio de la misma condición. Me recibe Ilse, una chica de 29 años que estudia magisterio en su último año y me muestra las dependencias de la casa: mi habitación, el aseo contiguo, la cocina,… Yo le muestro la foto de mi familia que observa atentamente.
Cuando llega la hora de la cena me dice que vayamos a cenar casa de su hermano, que estaban preparando unas tortitas de maíz (su cuñada estaba torteando). Les vuelvo a enseñar la foto de mi familia y les pregunto un montón de cosas (a veces creo que me paso preguntando). Cenamos tortitas, frijoles, queso fresco, tamales y jugo de tamarindo. Todo muy bueno.
A eso de las 9 de la noche regresamos a la casa y nos vamos a la cama. Mi habitación tiene una ventana que da al exterior, con vistas al patio de la casa de los vecinos, donde están a todas horas de trasteo: lavando la ropa, cocinando, tumbados en las hamacas…en medio del patio un gran charco negro donde van a parar todas las aguas residuales de la casa.
6-7-2008
Por la mañana me levanto a las 6,30 y me ducho. Después desayuno un vaso de leche, que me hago con la leche en polvo que compré ayer en la tienda de la esquina, junto a tres bolsitas de agua pura de medio litro cada una (para quienes venimos con el estómago “tierno” de España, el agua del grifo…ni verla).
De regreso a casa, después de la comida, me pongo a hacer mi primera colada en una pila de piedra, de esas de toda la vida, mejor dicho de la vida de antes en España: calzoncillos, calcetines, nikis y vaqueros. Todo lavado por separado, a mano, para que no destiña.
7-7-2008
Ahora viene lo bueno. Antes de regresar a casa, en el Barrio de La Candelaria, entro a una tienda a comprar leche en polvo, agua embotellada, detergente para lavar la ropa y los platos, azúcar y pan de molde. En eso que se lía a llover de recio, una cortina de agua. Llamo un taxi, que aquí le llaman tuc-tuc. Es un triciclo a motor, un estilo a los ricksaw de Calcuta (te acuerdas Mary). Sin cristales en las ventanas, me estaba mojando del todo, y me dice el conductor, “Baje esos plásticos y átelos con las gomas”. Allí me tienes a mí con plásticos colgando del techo y entrando agua sin parar. Al minuto me dice, “Hay que parar, pues hemos pinchado”. Para en una gasolinera, y me dice que me pase a otro libre que había allí. En el nuevo tuc-tuc se mete en un charco de agua que le tapaba las ruedas (ruedas del tamaño de las de una carretilla) y todo queda chapoteado. Se revuelve el conductor y dice “Tranquilo, era un charquito”.
8-7-2008
Hoy mantenemos reuniones con la Comisión de Derechos Humanos y Salud Mental del VAP. Un letrero colgado en la sala de reuniones, fruto de un taller de trabajo, dice así: “de tanta violencia centimos tristesa”.
Para volver a casa tomé un tuc-tuc y a medio camino el conductor paró para recoger a un niño limpiabotas que regresaba a su casa (al Barrio de La Paz). No tenía más de 10 u 11 años, y le pregunté si había estado todo el día trabajando, a lo que me dijo que sí, evidentemente, sin asistir a la escuela. Iba a preguntarle cuanto dinero había sacado…pero me dio vergüenza.
Pues ya en la casa, escribo el diario. Por cierto, los vecinos del patio de al lado acostumbran a pegarle fuego a la basura, y por la ventana me entra un aroma de miedo, sobre todo a plástico quemado…es que aquí no hay ni contenedores ni camiones de recogida de basura. Aquí las cosas son de otra manera.
Después de cenar nos vamos casa de la cuñada de Ilse porque Isabel quería ver dos telenovelas mexicanas, de lástimas, amoríos, enfermedades y demás. Es que en casa no hay televisión. En fin, que me chupo dos capítulos para meterme más en la vida de esta gente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bravo Goyo
espero que todo haya ido bien
Eutimio