"Voy con las riendas tensas
y refrenando el vuelo,
porque no es lo que importa llegar solo ni
pronto,
sino llegar con todos y a tiempo".
León
Felipe
Se cumple poco más de una semana del nacimiento
de Ganemos Castilla-La Mancha en Alcázar de San Juan. El antes, el durante y el
después de esta iniciativa ciudadana se ha caracterizado por la desconfianza,
la indiferencia y/o la hostilidad, no tanto de las personas a quienes se
dirigía, como de algunas organizaciones políticas y colectivos sociales.
Así no vamos a llegar muy lejos. Así no vamos a
llegar a ninguna parte. Ni unos/as ni otros/as.
Esto no sería mayor problema si hubiese otras alternativas
de gobierno con sensibilidad social…pero eso no es así. Si los/as ciudadanos/as
de Castilla-La Mancha no se organizan y movilizan para ganar las elecciones y definir
un gobierno de y para la gente, tendremos más política de la vieja: de la
tierra quemada, del clientelismo, de la humillación y de la corrupción.
Somos muchas personas las que creemos que hay
que tomar el tren de Ganemos Castilla-La Mancha, casi las mismas que tenemos
todavía un pie en el andén de la estación y el otro en la escalerilla del
vagón…y no acabamos de decidirnos.
El próximo sábado 22 de noviembre tenemos la
segunda asamblea en Alcázar de San Juan. Para evitar que esta llama de esperanza
se apague creo que es imprescindible:
-
Que sea una asamblea de
ciudadanos/as normales y corrientes, que conoce y siente el sufrimiento de
los/as más desfavorecidos/as.
-
Que las organizaciones
políticas y colectivos sociales den un paso atrás. Que aguarden a que se debata
y decida cómo se va a organizar esta iniciativa ciudadana, y cómo se va a establecer
la inserción en la misma de dichas organizaciones políticas y colectivos.
-
Que las personas que participen
en la asamblea entierren previamente todos los afanes de protagonismo y las
energías negativas de la desconfianza y los malos rollos.
De no ser así, creo que Ganemos Castilla-La
Mancha habrá finalizado su recorrido, y no tendrá capacidad de cambiar el rumbo
político de esta región. Las gentes que se han acercado con ganas de construir
algo nuevo y fresco, a la vez que difícil, tendrán que comenzar de nuevo,
resituarse en las trincheras de las diferentes opciones del activismo social y
político, pero para seguir aguantando el bombardeo de los derechos humanos por
parte del gran capital especulativo y de sus gobiernos cómplices. Lo peor de
todo es que las trincheras también pueden convertirse en una tumba.
Es el tiempo de personas libres, que sueltan
lastres, que construyen esperanzas. Es el tiempo de lo difícil y lo nuevo.
“¡A la calle!, que ya es hora
de pasearnos a cuerpo
y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo
nuevo”.
Gabriel
Celaya
1 comentario:
Temo Goyo que, otra vez mas, con las mejores intenciones y habida cuenta de buena parte del paisanaje, se está poniendo el carro delante de los bueyes. No es eso.
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