YO quiero pagar más impuestos al Estado, para
que los diferentes niveles de las administraciones públicas desarrollen
políticas públicas de acuerdo con los principios de participación ciudadana y transparencia,
con el objetivo último de construir comunidades de iguales mediante la
redistribución de la renta y la riqueza.
Quiero también que TODOS los que tengan
capacidad económica suficiente, paguen más impuestos. Porque los esfuerzos
compartidos, solidarios y universales son los que cohesionan nuestros barrios,
pueblos y territorios.
Pero lo que REALMENTE QUIERO con mi
aportación al sistema impositivo es que NADIE quede excluido de una vida digna
y que se reduzcan las vergonzosas desigualdades sociales que no paran de
crecer, destruyendo personas y esperanzas por doquier.
La reciente reforma fiscal del PP, y las que
en años anteriores aplicaron gobiernos de este mismo partido y también del PSOE,
han ido en la línea de agudizar la desigualdad, reduciendo los impuestos
directos progresivos (aquellos que aumentan con la capacidad económica del
contribuyente: IRPF, Impuesto de Sociedades, Impuesto de Patrimonio) y
aumentando los impuestos indirectos regresivos (aquellos que se pagan por igual
sin distinguir la capacidad económica del contribuyente: IVA, Impuestos
Especiales del Tabaco, Alcohol e Hidrocarburos). Ambos partidos han trabajado a
conciencia al servicio de las rentas altas, las grandes fortunas y las grandes
empresas, contribuyendo así a crear una casta social y política privilegiada. Mientras
“España iba bien”, el crecimiento económico y sus efectos automáticos sobre la
recaudación, apenas si se notaban los efectos negativos de estas medidas sobre
la caída de la recaudación. Pero cuando la recesión y el estancamiento llevan
varios años instalados entre nosotros/as, de aquellos polvos, estos lodos. Falta
recaudación impositiva así como voluntad de atajar el fraude fiscal, la
corrupción e impulsar la progresividad fiscal, y los gobiernos que han
gestionado la crisis no han querido ver otra solución más que los recortes
sociales, los mismos que nos han llevado a la fractura social.
Los recortes sociales, y toda la afrenta
pública que está produciendo sobre la gente de bien, son el detonante que ya ha
comenzado a romper el régimen que surgió de la Transición. La casta no se
entera, y temerosa de perder sus privilegios, carga la artillería contra las
gentes que pretenden construir alternativas humanizadas a este modelo político,
social y económico absolutamente agotado, que en sus estertores no cesa de
causar dolor a gentes inocentes.
Ayer mismo, uno de los candidatos a las
primarias del PSOE sacaba un video donde militantes de base de este partido se enorgullecían
de pertenecer a la “casta socialista”. Allá cada uno con el mensaje, que luego
los hechos son los que nos retratan. Yo, que siento muy cercana esa forma de
ser y estar de hombres y mujeres SOCIALISTAS DE VERDAD, no puedo por menos que
tildar de mal gusto ese intento de echar por tierra el concepto de casta
introducido por PODEMOS. Como si la cosa no fuera con ellos.
Los/as socialistas de verdad que aún militan
en el PSOE son de casta, porque tienen una “calidad del origen” (primera
acepción del término según la Real Academia Española): un partido fundado en 1879
como referente para las clases más desfavorecidas en la lucha política por la
justicia social. El concepto de casta de PODEMOS se refiere a la tercera
acepción del término según la Real Academia Española: “grupo que forma una
clase especial y tiende a permanecer separado de los demás” en este caso por
pertenecer al conjunto de representantes políticos que lejos de velar por el interés
de los más desfavorecidos, están al servicio de los poderes económicos y
financieros.
Es lo que tiene la riqueza de nuestra lengua,
que con una misma palabra podemos afinar y no mezclar churras con merinas. La
casta de políticos sin alma, desde hace más de dos décadas, viene haciendo
reformas fiscales al dictado del gran capital. Las mujeres y hombres que
quieren tomar las riendas de su destino luchan para desmontar esa casta
política privilegiada, para que la justicia social sea la verdadera seña de
identidad de nuestra sociedad.
3 comentarios:
Has dado en el centro de la diana
Por si fuera interesante o de utilidad para ti o para los lectores de tu web, tengo publicado el siguiente blog:
http://plantararboles.blogspot.com.es/
Se trata de una manual breve y sencillo para que los amantes del monte y del campo podamos reforestar, casi sobre la marcha, aprovechando las semillas que nos dan los árboles y arbustos autóctonos de nuestra propia región.
Salud,
José Luis Sáez Sáez
Hola.
Estoy de acuerdo con que los numerosos gobiernos han privilegiado a ciertos grupos empresariales a cambio de favores políticos, aunque yo en lugar de subir los impuestos, recortaría en tido aquello que no genere igualdad de oportunidades, caso de las subvenciones a fundaciones (religiosas o no), partidos, sindicatos, empresas, partidos políticos, u operaciones o servicios médicos de carácter vicioso como los abortos o los cambios de sexo, así como recortar en todo el aparato inútil del estado (en especial énfasis las autonosuyas -no tiene sentido que un pais más pequeno que Texas tenga 17 estructuras de estado, para colmo en constante lucha de poder-, las empresas públicas, el senado o la monarquía -aunque en este ultimo caso estarás de acuerdo :p-) entre otras reformas dispuestas a liberalizar DE VERDAD la economía española.
Un saludo
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