El título de estas notas es una
adaptación de “Extremadura saqueada. Recursos naturales y autonomía regional”,
libro coordinado por los maestros José Manuel Naredo, Juan Serna y Mario
Gaviria en el año 1978, en plena transición política.
El mismo dibujaba el marco de
sometimiento y extractivismo consustancial al capitalismo, que a pesar de estar
disfrazado con la “máscara de la democracia, es jerárquico y autoritario y
continúa imponiendo coercitivamente sus relaciones de dominación y sus
agresiones contra la naturaleza y los individuos”.
En Castilla-La Mancha se han
reproducido en las últimas décadas los mismos esquemas de expolio que se
señalaban en el caso extremeño, además de otros propios de los tiempos modernos,
ligados a la maduración de su autogobierno. La mayor parte del interior
peninsular ha jugado el papel de suministrador de energía, materiales, tierra y
agua que devoran las grandes ciudades y polos industriales de Madrid y toda la
costa mediterránea.
Centrales nucleares, cementerios
de residuos radioactivos, embalses que roban el agua, sobreexplotación de acuíferos
para robárnosla a nosotros/as mismos/as, expulsión de población rural, fuga de
capitales de grandes empresas y fortunas, agricultura intensiva que esquilma suelos
y pueblos, macrogranjas porcinas que envenenan la tierra, vertederos de
residuos mil, minerías viejas del carbón, minerías raras para tecnologías que
nos desconectan de todo, fracking, concentración
de la propiedad de la tierra, urbanismo especulativo, autovías y aeropuertos a
ninguna parte, industria de la guerra, plataformas logísticas certificadoras de
precarización laboral, fincas, escopetas, señoritos, casinos y burdeles.
Naredo advertía en el Epílogo del
libro contra “la ilusión de que la situación actual podría modificarse mediante
un simple cambio en la cúspide política (…) si el Estado no es un ente neutral
ello no se debe sólo a que sea el instrumento de una determinada clase social,
sino también a que por su propia naturaleza su organización burocrática,
jerárquica y centralizada no puede más que reproducir relaciones de dominación
sobre individuos y territorios cualesquiera que sean los que la controlen”
El próximo lunes 5 de febrero, a
las 20 horas, organizado por la buena gente de Ecologistas en Acción de
Albacete, Cipriano Escribano y yo reflexionaremos sobre cómo este modelo
depredador y desertificador se manifiesta en la gestión de las aguas de la
provincia de Albacete.
La sequía de la razón es aún más
dañina que la de las precipitaciones. Esta última acaba curándose con lluvia o
con austeridad bien entendida (sí, claro, hay una austeridad y simplicidad justa
y necesaria). En cambio, la primera es el caldo de cultivo para el despliegue
de la racionalidad economicista y tecno optimista, incapaz de entender y cuidar
las vidas, incompatible con ellas.
4 comentarios:
El interior peninsular no sólo ha suministrado energía, materias primas y agua a esos grandes polos industriales y a esa costa mediterranea voraz e insatiable sino que también le hemos suministrado lo mejor de nuestra tierra:gente joven con ganas de vivir y comerse el mundo, mano de obra barata que abandonaba nuestra tierra y que pasaba a formar parte de ese "ejército" de parados que necesita el capitalismo más salvaje para caminar.
Los sistemas, cuando están realmente arraigados, no cambian porque cambie "la cúspide política" O ésta no quiere, porque bebe de esa situación, o no se atreve. Como siempre el cambio viene de la gente que vive allí. Hasta ahora hemos sabido reaccionar ante casos flagrantes y muy puntuales -fracking, cementerio nuclear, tierras raras-, cuando ya nos tocan las narices abiertamente -y también el bolsillo- pero en el día a día no sólo no nos alzamos, sino que somos colaboradores necesarios.
Hola:
Muy interesante. Como sugerencia, me gustaría poder "retuitear" el artículo.
Saludos y muchas gracias.
FZS
Paco, ahí tienes el enlace para retuitear.
https://twitter.com/Goyo_Lopez_Sanz/status/959347886076067840
Mariano, toda la razón. El saqueo de las gentes del interior no hay que olvidarlo, forzadas a salir de sus tierras por la política de la dictadura de fomento industrial y turístico de lo que entonces llamaban polos de desarrollo (Madrid, Cataluña, Valencia, País Vasco). Primero fueron industrias como la minería, la metalurgia, los astilleros, la automovilística...ahora, el monocultivo del turismo.
Y sí Julián, sólo cuando nos tocan mucho las narices (y no siempre), la gente sale a la calle contra la barbarie. Pero frente, a la filosofía de fondo del sistema capitalistas (explotar, destruir y acumular), nada de nada. La asumimos a pies juntillas.
Un abrazo.
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