Ni valles para perderse, ni páginas en blanco, ni barro para hacer
pájaros y echarlos a volar (Adaptación de “Pájaros de barro” de Manolo Garcia).
El nacimiento de la Fuente del Pájaro
se situaba a una altitud de 666 metros sobre el nivel del mar (msnm), en el
Valle del Cabriel de Casas Ibáñez, junto a la carretera que une esta población
con la aldea de Tabaqueros. Parada obligatoria para todas las gentes que por
allí pasaban para hacer tareas en el campo, para disfrutar del monte o para acopiar
agua que beber en casa.
Las aguas de la fuente, tras
pasar por un pequeño pilón, llegaban a una charca de tierra que permitía el
abrevado de los animales que ayudaban en las tareas campesinas, así como del
ganado que pastaba en el Monte Público Derrubiada. Después corrían reguero
abajo y eran aprovechadas para regadío en la Huerta de Engaña Óleos. Después,
saltaban por el tollo del mismo nombre en su camino hacia el Cabriel.
El murmullo del agua y la sombra
de los grandes olmos que había en el entorno de la fuente eran foco de
atracción para que la gente acudiera a comer o merendar. Hace años se secaron
los olmos y el lugar comenzó a quedar huérfano.
El caudal histórico de la Fuente
del Pájaro era de 0,2 litros por segundo (l/s) aproximadamente, pero tras la
sobreexplotación de las aguas subterráneas en su zona de influencia, su caudal
descendió a 0,1 l/s en 2005, a 0,04 l/s en 2010, hasta terminar secándose por
completo en 2015. Las personas mayores del lugar nunca habían visto seca esta
fuente, como tampoco otras cercanas como la Fuente Nueva.
Reguero arriba de la fuente había
otros dos importantes manantiales en la Huerta de Tartaja. Cada uno de ellos
tenía un caudal histórico de 0,3 l/s aproximadamente, naciendo a los 705 msnm,
una altitud muy cercana a la de la llanura inmediata (735 msnm). Desde el año
2012 también se encuentran secos. Antes de que así ocurriera, sus aguas
llenaban dos balsas de tierra en la cabecera de los regueros, que luego se
utilizaban para el riego de la huerta. Valeriano Gómez y Mercedes Gómez cultivaron
por mucho tiempo estas tierras, de donde obtenían las mejores hortalizas y
frutas que luego vendían en las piedras del mercado municipal o en su propia
casa.
Mercedes y Valeriano nacieron en
la Derrubiada. Ambos en El Retorno, en el término de Venta del Moro. Toda una
vida campesina entre huertas, olivos y almendros. Personas sabias, capaces de
procurarse con sus propias manos todo lo necesario para una vida digna, dura a
veces, pero digna. Sus vidas se apagaron recientemente, a la par que los
manantiales de agua de su querido Valle.
Menos vidas ligadas al Valle del
Cabriel. Menos lugares para la esperanza.
El sino de los pájaros: emigrar y
volar, romper jaulas y volar o no reconocer su tierra y morir de melancolía.
“Pájaros en la cabeza y volar
a donde las ventanas siempre están abiertas…”
Ismael Serrano
Álbum de fotos de la Fuente del Pájaro: https://flic.kr/s/aHskqAKXWt
1 comentario:
Aunque nuestra región no es geográficamente uniforme si lo es en el daño irreversible que le estamos causando
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