Hace unos días tuvo lugar un debate electoral sobre economía
entre PP (Luis de Guindos), PSOE (Jordi Sevilla), Ciudadanos (Luis Garicano) y
Unid@s Podemos (Alberto Garzón). Cuatro participantes y dos discursos
económicos. Alberto Garzón fue el fresco, necesario y urgente contrapunto al “más
de lo mismo” de los otros tres participantes.
“Hay alternativas” era el título del libro que en octubre de
2011 publicó Alberto Garzón junto a Vicenç Navarro y Juan Torres. Ese libro fue
utilizado como “escudo” en febrero de 2012 por los/as estudiantes del Instituto
Lluis Vives en Valencia cuando los antidisturbios cargaron contra ellos/as por
manifestarse contra los recortes en educación. La razón contra la barbarie y la
sumisión.
Hace relativamente poco tiempo que Alberto Garzón pasó por
las aulas de la Facultad de Economía. Seguro que nada de lo que propuso en el
debate le sirvió para responder a exámenes y aprobar asignaturas. Hoy, en las
Facultades de Economía y Administración y Dirección de Empresas, así como en el
resto de escuelas y facultades donde la Economía y la Empresa entran en sus
planes de estudio, se imparte fundamentalmente una visión de la economía y la
empresa al servicio del desorden neoliberal:
- Las bondades de la concentración del capital en manos de
grandísimas corporaciones transnacionales, frente a “lo pequeño es hermoso” que
nos sugería Schumacher en la década de 1970.
- La superioridad de la gestión privada de los servicios
básicos, frente a la “gestión pública o comunitaria” de los mismos.
- La maximización del beneficio monetario individual y
empresarial como guía suprema que orienta la actividad de los agentes
económicos, frente a principios como la “reducción de las desigualdades
sociales y la conservación de la Naturaleza”.
Alberto Garzón y Unid@s Podemos no tienen ningún interés
monetario privado asociado a las ideas económicas que defienden. Ello me
inspira confianza. El resto de partidos, sus representantes y testaferros, están
inmersos en una vorágine de intereses mezquinos entre lo público que aspiran a
gobernar y los negocios privados de donde vienen y a donde van. A la luz de la
experiencia reciente de casi 40 años de turnismo en el gobierno de España, ello
me inspira desconfianza.
No hay color entre el programa económico de Unid@s Podemos y
el resto de partidos que participaron en el debate. No obstante, eché en falta mucha
más contundencia y concreción en lo que respecta a dos asuntos clave sobre los
cuales el mensaje de Unid@s Podemos se me antoja demasiado tibio:
- ¿cómo superar el corsé de financiación pública limitada e
insuficiente que la Unión Europea tiene establecido sobre todos los países
periféricos de la zona euro, entre ellos España?,
- ¿cómo superar el objetivo acrítico del crecimiento
económico que postulan todos los partidos y que conduce irremediablemente al
colapso social y ecológico del planeta?.
Quizás hablar y pensar abiertamente sobre ambos asuntos y
asumir que la forma de relacionarnos entre las personas y con la Naturaleza
requiere un profundo cambio de principios, no proporcione votos al partido o
coalición que los plantee. Pero sólo hablando y pensando contracorriente, desde
la escuela hasta las plazas, es como podemos aspirar a un cambio que transcienda
de formas más amables con los derechos sociales clásicos (empleo, pensiones,
vivienda, educación, salud), que están bien, desde luego, para entrar a
construir nuevas formas de organización comunitaria superadoras del crecimiento
capitalista y de su estela de exclusión, precariedad y atentado permanente
contra todas las formas de vida.